Alex Bellini, el aventurero italiano de 28 años que en noviembre de 2004 naufragó en Formentera cuando pretendía cubrir en un bote de remos la travesía de Génova a la Guayana francesa, está de nuevo en el mar.
Bellini navega ahora rumbo a Brasil después de haber zarpado de nuevo el pasado 18 de septiembre de su ciudad natal en una embarcación similar a la que zozobró en es Freus. El navegante italiano ha tenido esta vez más suerte y logró en los primeros días de octubre atravesar las aguas de Balears sin graves contratiempos. En su diario de a bordo recoge su satisfacción tras haber llegado a Tarifa, superado el Estrecho de Gibraltar y hallarse en pleno Océano Atlántico.
Su nuevo objetivo es llegar a Fortaleza, en Brasil, tras una travesía de más de 7.000 kilómetros y muy parecida a la que se propuso acometer en 2004. Fue entonces su primera travesía en solitario y duró tan sólo 22 días. Bellini lleva ahora más de tres meses en el mar y aún le restan, según sus previsiones más optimistas, otros dos para poner fin a su aventura.
El navegante fue noticia en las Pitiüses cuando su bote de siete metros de eslora, el «Rosa Aquatama», se vio arrastrado hacia la costa de Formentera y terminara volcando antes de estrellarse contra las rocas. Alex Bellini estuvo dos horas nadando hasta que, exhausto, logró alcanzar la playa de Llevant. Posteriormente fue atendido en el centro de Salud de Formentera de la hipotermia que sufría. Él mismo se puso en contacto con su familia y amigos para comunicarles que todo había acabado, por el momento. Sólo fue una pausa en su voluntad inquebrantable.
«Un año después, hoy, en mi vigésimo segundo día de navegación, muy cerca de Formentera donde el año pasado en mi vigésimo tercera día de navegación naufragué, con un guiño sonriente, satisfecho, grito al cielo y levanto el dedo anular ». Así relata el propio Alex Bellini en su diario de a bordo cómo conjuró su mala suerte cuando el pasado 10 de octubre atravesaba las aguas de Formentera y recordaba el momento en que naufragó en su aventura anterior. El navegante, un año después, también se encontró con un mar agitado pero el viento, que en esta ocasión soplaba del sureste, no le jugó, como en 2004, una mala pasada. Es más, durante sus reflexiones se interroga sobre su propio estado anímico y resalta el hecho de que el mar, esta vez, no le está teniendo tan ocupado. Durante esa jornada, Bellini estimó que bien podría cubrir otras 33 millas antes de dejar atrás por completo el archipiélago de las Balears.