La responsable del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, Clara Ramírez, ha condenado a un año de prisión al amarrador de la Savina que fue juzgado por supuestamente apropiarse de 4.726 euros de una naviera que opera en las Pitiüses después de que dicha empresa, Sercomisa, le confiara el despacho de billetes en taquilla. La jueza Ramírez también resuelve que el ex empleado debe devolver el dinero sustraído.
El acusado, como ya informó este periódico, siempre manifestó durante el proceso sus sospecha de que estaba siendo víctima de una «venganza» después que previamente a esta denuncia hubiera acudido al juzgado para reclamar la cantidad que, según él, se le adeudaba por su despido en esta misma naviera.
«No me he llevado ni un duro. Las taquillas estaban abiertas y había momentos en que tenía que estar amarrando los barcos y a cargo de los billetes», dijo en su día el acusado.
La supuesta apropiación tuvo lugar en agosto de 2003 cuando el operario portuario, que se enfrentaba a una pena de año y medio de prisión, se encargó de los billetes durante diez días. Según la empresa, los 4.726 euros que faltaban de sus cuentas precisamente procedían cantidad que presuntamente fue sustraída en la liquidación de las taquillas. El acusado, al respecto, afirmó que todo el dinero que recibía lo remitía en sobres cerrados. Justificó cualquier anomalía a los posibles fallos que hubiera podido cometer al no haber sabido llevar bien las cuentas que se le exigían con la venta de los billetes, impericia que reconoció haber tenido por el poco tiempo que tuvo para reciclarse una vez que sustituyó en su puesto a otro compañero.
Para la empresa, lo ocurrido es bien distinto: «Estuvo seis días sin presentar la liquidación, pese a que tenía que hacerlo cada 24 horas, y sin responder a las llamadas», afirmó el contable de la naviera. Tras concluir este plazo, el ahora oficinista entregó 23.000 euros. Los arqueos, sin embargo, no coincidieron. El trabajador, tras concluir una baja médica, fue despedido.