La juez Martina Rodríguez, responsable del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa y a quien compete dilucidar este caso, se enfrenta a las versiones contradictorias que han dado los dos implicados por una pelea ocurrida en la madrugada del 16 de septiembre de 2003 en las inmediaciones del bar «Zanzíbar» de Platja d'en Bossa.
Ambos acusados se presentaron como víctimas y ninguno de ellos confesó portar el cúter con el que supuestamente se produjeron las heridas. El fiscal pide penas de cinco y dos años de cárcel para cada uno de ellos como presuntos autores de delitos de lesiones. Uno de los sospechosos relató que todo comenzó después de que el otro acusado le pidiera un euro, mientras que éste último afirmó que fue al ver cómo le querían quitar la bicicleta cuando intentó defenderse. Sea como sea, ambos terminaron ayer sentados en el banquillo en un juicio que se suspendió para que declararan los agentes de la Guardia Civil que acudieron a Platja d'en Bossa tras informarse de dos heridos de arma blanca. Los agentes se encontraron con dos hombres muy bebidos y con sus ropas cubiertas de sangre.
Uno presentaba una cuchillada en la cara, cerca de la oreja y otra en el pecho. El segundo contendiente, a su vez, sufrió en la reyerta un profundo corte en el codo que le afectó en un nervio, lesión que precisó un año en curar.