El afectado, un hombre de 54 años, necesitó hospitalización durante cinco días y tardó otros treinta en curar. Los médicos de la Policlínica del Rosario tuvieron que intervernirle de las lesiones que presentaba en la cara.
El fiscal, que ha calificado la agresión como merecedora de un delito de lesiones con deformidad y uso de instrumento peligroso, recoge lo siguiente en su escrito de acusación: «Le restan como secuelas cicatriz redondeada en surco nasogeniano izquierdo -entre la nariz y la región malar- que afea y desfigura el rostro.
El supuesto responsable de estas lesiones es un joven de nacionalidad portuguesa de 23 años. R.S.F.F. de A., supuestamente, irrumpió sobre las once de la noche del pasado 25 de diciembre en la casa de su vecino armado con una escopeta de aire comprimido por razones desconocidas incluso para la propia víctima. Fue entonces cuando comenzó a efectuar varios disparos, uno de los cuales impactó en la cara del afectado», señala en su escrito de acusación el ministerio público.
El sospechoso fue detenido por la policía pocos días después del suceso y el mismo 30 de diciembre ingresó en la prisión de Eivissa después de que el perjudicado explicara su temor a sufrir un nuevo ataque. R.S.F.F. de A. tendrá que se entrarse en el banquillo ante la Audiencia Provincial por este caso. La víctima mostró en su día a este periódico su sorpresa por este ataque, así como el miedo a que su supuesto agresor le visitara de nuevo para «asestarle varias puñaladas». Añadió que todo sucedió cuando se hallaba con un amigo y el acusado presumiblemente forzó la puerta de la vivienda e irrumpió en la habitación donde se hallaba. «Yo creo que quería dinero», dijo el afectado, que precisó que conocía al agresor por ser vecino suyo.