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Acaba el juicio contra Silke y su ex pareja por agredir a un policía local en Eivissa

Tres agentes, a su vez, están acusados de torturar al ex novio de la actriz tras detenerlo

EMILIO LÓPEZ VERDÚ
La Audiencia Provincial de Palma acogió ayer la última jornada del juicio contra la actriz Silke y su ex pareja Diego J. de A., por una trifulca que tuvo lugar en Eivissa el 7 de mayo de 2004. Ese día, la pareja intentó aparcar su coche en una zona reservada al transporte público, pero un policía local les conminó a marcharse. A partir de aquí comenzó un discusión, aunque las versiones difieren completamente. Silke afirma que uno de los agentes la empujó «brutalmente» y que ello provocó la reacción de su novio, que «movió los brazos» y golpeó a un agente en la boca. Como consecuencia, el policía sufrió una herida de siete puntos de sutura en el labio superior que le obligó a llevar collarín. El agresor fue arrestado y, según su versión, fue torturado en el retén de la Policía Local de Eivissa.

Los agentes, sin embargo, aseguran que la actitud de la pareja fue muy agresiva y que Diego A.J. pegó un puñetazo directo a la mandíbula del agente, que quedó casi inconsciente.

Por estos hechos se formularon denuncias cruzadas. El fiscal sólo acusa a Diego A. de J., para quien pide dos años y medio de cárcel por un delito de atentado y lesiones. De hecho el fiscal no acusa a Silke, aunque sí lo hacen las acusaciones particulares, asegurando que la popular actriz llamó «policías de mierda» e «hijos de puta» a los agentes. Por ello, la consideran responsable de dos delitos de amenazas e injurias, y piden para ella una pena de multa. Los agentes locales, por su parte, también han sido acusados por los abogados de Silke y su ex pareja.

En su turno de última palabra, Silke, entre lágrimas, aseguró que habían «torturado» a Diego y que a ella misma la golpearon en el pecho, provocándole una herida con un reloj por la que fue al hospital de Can Misses.

Durante las conclusiones, el presidente del tribunal estuvo a punto de expulsar de la sala a Diego A. de J., quien exhibió un amplio repertorio de gestos de cabeza, miradas amenazantes a los policías, aplausos, gestos de consuelo hacia la actriz, resoplidos y bufidos.

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