J.J.M.
El mayor alijo de hachís aprehendido en Balears iba a ser sacado de la isla en furgonetas o camiones para desembarcarlas en un punto que forma parte del secreto de sumario que protege a la investigación judicial que ha permitido a Guardia Civil y policía acabar con un grupo recién afincado en Eivissa que se debía encargar de esta misión.
Ésta es la hipótesis más plausible que baraja la investigación en una operación coordinada por agentes de la Unidad Central de Estupefacientes de la Guardia Civil y de policías antidroga de la provincia de Málaga, lugar donde un juzgado de Estepona, supervisaba las actuaciones que se pudieran llevar a cabo.
La investigación se centraba ayer en vigilar varios puertos de la Península donde se esperaba llevar a cabo más detenciones entre la misma noche de ayer y la jornada de hoy. Fuentes relacionadas con el caso hablaban ayer de que la actuación ibicenca se saldó finalmente con 16 detenidos y confirmaba que el alijo intervenido en la nave ubicada junto a la rotonda del puerto de Eivissa de la que disponía el grupo desarticulado rondaba las doce toneladas de hachís.
La conexión de este grupo con alguna red de la Costa del Sol dejaba abierta puerta abierta a que el caso pase finalmente a la Audiencia Nacional si se producen nuevas detenciones en otros puntos de la Península, sitios donde se cree pudo organizarse el transporte del cargamento y donde podía haber otra infraestructura para recoger el hachís y distribuirlo a sus puntos finales de destino.
Los agentes que han participado en la operación ultimaban el atestado que presentarán ante el juez antes de que el martes concluyan las 72 horas de la detención de los sospechosos. En dicho atestado tendrá que reflejarse también qué papel jugaba supuestamente cada uno de los arrestados de la isla dentro de un grupo que, al parecer, había fijado su base de operaciones hace cuatro meses en un piso de la calle Ramón y Cajal de Sant Antoni.