Los Bomberos del Consell Insular y la Policía Local de Eivissa tuvieron que apagar ayer y anteayer otros tres contenedores de basura que fueron quemados de forma intencionada. En la madrugada del martes al miércoles ardió otro más, también en el municipio de Eivissa. Los contenedores metálicos pueden reparase después de haber sido incendiados, pero no así los de plástico que, según Cespa, empresa responsable de la recogida de basuras en el municipio, cuestan 997 euros cada uno. El artículo 264 del Código Penal dice que se aplicará pena de «prisión de 1 a 3 años y multa de 12 a 24 meses a quien causare daños a bienes de uso público o comunal», aunque la jurisprudencia ha marcado otros caminos para este tipo de casos. Si alguien acusado de las quemas de contenedores se sienta en el banquillo, el juez podría obligarle a pagar el precio de los desperfectos, y, en el caso de que la gamberrada sea obra de menores, sus tutores deberán hacerse cargo de la indemnización.
Otra posibilidad es que el juez les obligue a trabajar gratis para la comunidad durante un tiempo, aunque algunos juristas consideran que este castigo ejemplarizante equivale a una pena de trabajos forzados y, en consecuencia, es anticonstitucional. Ayer por la noche ardió uno frente al Portal Nou, otro en la esquina que forman las calles Diputat Josep Marí Ribas con Gaspar Puig y otro más cerca del colegio Juan XXIII. Anteayer fue quemado otro contenedor en la calle Agapito Llobet, a la altura del número 5.