El director insular, José Manuel Bar, aseguró ayer en su discurso en sa Coma con motivo de la festividad de la Virgen de Pilar, patrona de la Guardia Civil, que los agentes del instituto armado habían conseguido «parámetros de seguridad envidiables». El responsable gubernamental apoyó estas manifestaciones apoyándose en las propias estadísticas de la Benemérita, «en las que se recogen diez delitos y faltas menos por día» al compararse las cifras de 2005 y 2003.
Auguró también un prometedor 2007. «Pronto», según sus palabras, Eivissa alcanzará la anunciada categoría de Comandancia, justo en un año en que está previsto que la Guardia Civil estrene el cuartel de Can Sifre (dentro del primer semestre) y en el que se realicen mejoras en el puesto de Sant Antoni «gracias a un acuerdo entre la Dirección General y el Consell», según quiso reconocer Bar. Más incierto es el futuro del cuartel de Formentera, no contemplado aún en una partida específica de los Presupuestos Generales, pero «sobre el que existe una voluntad inequívoca por contar con este edificio». La plantilla de la Guardia Civil cuenta en la actualidad en las Pitiüses con 270 agentes. El disputado José Ramón Mateos anunció en su día la conversión de Eivissa en Comandancia al acabar 2006.
Bar, a falta de confirmarse las «esperanzadoras» estadísticas de 2006, hizo hincapié en que se estaba ante un «año de importantes récords y éxito con tenacidad y espíritu de sacrifico. Sin falsa modestia, se puede hablar de misión cumplida». Al respecto, destacó no sólo el trabajo de prevención sino también las aprehensiones de droga efectuadas (tres grandes alijos, uno de hachís y otros dos de cocaína), así como la eficacia para «resolver en horas delitos que levantaron la preocupación del ciudadano», hechos que se sumaron a la «desarticulación de distintas bandas.