Las motivaciones fundamentales para cometer un crimen son el poder y el sexo, asegura el forense y psiquiatra José Antonio García Andrade, dos factores que convierten a cualquier persona en un posible asesino. «Cualquiera puede matar, todo depende del motivo», resalta el médico. «Es el poder económico, religioso o político, sobre la mujer o el hombre; y el sexo en cualquiera de sus manifestaciones».
El que habla es García-Andrade, experto en psiquiatría y médico forense con más de cuatro mil autopsias en su historial. «Lo importante en el crimen es saber bien cuál es la motivación», una tarea a la que este psiquiatra forense, autor de los libros «Lo que me contaron los muertos», «Crímenes mentiras» o «La estirpe de Caín», se entregó hace casi medio siglo. Más de mil mentes criminales han pasado por sus manos, entre ellas la de José Rabadán, el joven que mató a su familia con una catana en el año 2000, o el parricida de Elche, que mató a su mujer y a sus dos hijos a martillazos hace apenas dos años. Aunque también puede que no exista motivación concreta. Entonces, explica, «nos encontraríamos con una mente criminal anormal, lo que llamamos un loco o paranoico, que sufre delirios y alucinaciones o algún trastorno cerebral».
Esta tipología no ha de confundirse con la del psicópata, «que tiene una personalidad anómala, mal estructurada», y comúnmente asociada con el asesino desalmado.
Cambios sociales acaecidos en las últimas décadas, como el de la revolución industrial y el descubrimiento de la píldora anticonceptiva configuran «las causas fundamentales del maltrato del hombre a la mujer» para este profesor.
García-Andrade afirma al mismo tiempo que nuestra sociedad «es más violenta que antaño».