«A partir de 2004 las relaciones fueron nefastas, terribles, de pesadilla, pero no sólo para mí sino para la empresa y para todos los empleados». Así definió la situación por la que atravesó durante dos años el responsable del hotel de Sant Antoni que supuestamente fue arrollado por un empleado que le responsabilizó de su despido y que ayer compareció ante la Audiencia para enfrentarse a nueve años de prisión por homicidio en grado de tentativa.
Una exigencia para mejorar de categoría en el hotel Arenal que derivó en amenazas contra toda la plantilla, incluso, la de «intoxicar a toda la clientela», fue supuestamente el detonante que puso fin a siete años de relación laboral. F. G.S., el hombre que ha tenido que sentarse en un banquillo por supuestamente estrellar su coche contra la moto en la que circulaba su ex jefe por la calle Picasso de Sant Antoni en la tarde del 31 de julio pasado como venganza por su despido un año antes, prefirió acogerse a su derecho de guardar silencio ante el tribunal que ayer le juzgó.