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Un año sangriento

Las policías de las Pitiüses se han enfrentado en 2007 a seis casos de homidicidio

El cuerpo de Mohamed Nachet yace en el suelo tras una pelea entre magrebíes en es Pujols.

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Las últimas estadísticas indican que el trabajo policial de prevención contra la delincuencia está sirviendo para reducir, en su conjunto, los hechos que más afectan a la seguridad ciudadana. Sin embargo, poco se puede hacer contra la violencia más extrema. Las Pitiüses han registrado durante 2007 seis casos de homicidio, una cifra muy alta con respecto a otros años.

La muerte del que fuera empresario textil, Sol Monge, vecino de Puig den Valls, ha sido el último caso que ha motivado la apertura de una investigación judicial. Sol Monge falleció en el hospital después de caer por una ventana de su casa tras una discusión por celos con su pareja en la que se intercambiaron golpes. Tras su fallecimiento, su pareja fue arrestada como sospechosa de un delito de homicidio imprudente.

Las pasiones también costaron el mes pasado la vida a Christian Almerich, un residente francés de Cala Tarida de 42 años. Almerich también murió en el hospital pero esta vez fue supuestamente por las graves lesiones craneales que le causó su compañero sentimental tras sentirse abandonado.

El primer suceso criminal del año, sin embargo, no se produjo en Eivissa sino que ocurrió en Formentera. El marroquí Mohamed Nachet, de 36 años, recibió dos cuchilladas fatales en el cuello en una reyerta con un compañero de piso en es Pujols, pelea en la que también resultó herida de gravedad otro magrebí que se presume también fue atacado por la misma persona, un joven de 26 años compatriota de ambas víctimas.

Rencillas desde la infancia y una última discusión por una copa parecen estar detrás de la muerte de Juan Carlos Marí Varo, un joven de es Canar de 26 años que recibió una puñalada en el corazón tras ser presuntamente atacado por Jesús Díez, un joven de 18 años de esta misma localidad que desde los seis andaba en tratamiento psiquiátrico.

La Guardia Civil se encontró en julio con los cadáveres de una pareja de húngaros en es Cuieram. Todo apunta a que el hombre se ahorcó tras estrangular y acuchillar a su pareja en lo que parece ser fue un crimen pactado no ajeno a extraños rituales sexuales y esotéricos.

La policía, a su vez, investiga la muerte de un indigente en la Comandancia Militar cuyo cuerpo fue hallado con un disparo en la cabeza coincidiendo con la declaración de un incendio en el inmueble. La investigación ha barajado la posibilidad de un suicidio pero algunas fuentes señalaron en su día que aún restaban hilos de los que tirar.

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