Dos relaciones sexuales y en grupo. Este es el testimonio de una de las afectadas por el mentalista conocido como el «Brujo» que ha motivado que el titular del juzgado de Instrucción número 3 de Eivissa, el magistrado Pablo Mendoza, haya dictaminado la necesidad de que el portero del Valencia y ex internacional de la selección española Santiago Cañizares tenga que declarar como imputado en la causa que se sigue contra Tomás A.R., persona sobre el que pesan las acusaciones de al menos 15 mujeres sobre presuntas agresiones y abusos sexuales cuando tenían edades comprendidas entre los 11 y los 22 años.
El auto en el que se determina la necesidad de que Cañizares vuelva a tener que pasar por el juzgado, y esta vez, no como mero testigo, se ha producido, como ya adelantó este periódico, después de que recientemente dejara claro en sede judicial que cuando era menor de edad y, por la «fuerza» que ejercía sobre ella Tomás A.R. se vio conminada a tener relaciones sexuales con el deportista en dos ocasiones. Esta misma persona añadió en su declaración que había otras adolescentes implicadas y que todo ello sucedió en grupo.
Compases
El nombre de Cañizares, como ya se dijo en su día, había sonado en los primeros compases de la investigación, incluso en la que abordó la propia Guardia Civil antes de que el juez Mendoza decidiera el 17 de febrero de 2007 tomar la medida cautelar de que el «Brujo» ingresara en prisión.
El ex internacional, sin embargo, sólo había sido citado hasta este mes por varias de las denunciantes como uno de los hombres con los que, por la supuesta influencia del albaceteño Tomás A.R., de 53 años, habían mantenido relaciones sexuales. Todos estos capítulos, en un número indeterminado, se escribieron cuando las ahora denunciantes eran mayores de edad y sin que hubiera algún forzamiento o presión por parte de Cañizares que llevara al juez Mendoza a considerar entonces oportuno que el futbolista fuera imputado. Incluso, se estaba pendiente de los informes psicológicos a las víctimas para dirimir si el estado de las chicas en ese momento podía influir en esta cuestión, especialmente en lo referente a si pudo haber algún tipo de poder que ejerciera el portero contra las jóvenes, al igual que se le atribuye al «Brujo».
Influencia
Al respecto, y según ha trascendido ahora, el propio juez no descartó que, vista la influencia que parecía tener el mentalista sobre el grupo de jóvenes a las que «trataba», el mismo Santiago Cañizares pudiera ser, como otras personas, víctima de un hombre que presumía no sólo de tener grandes poderes mentales y de capacidad de ayuda, sino también de generar males, según describían las propias afectadas. El grupo optaba entonces por guardar el «pacto de silencio» que supuestamente les imponía el «Brujo». Los «invitados» del mentalista, como es el caso, de Cañizares, de igual modo, podían ser tanto ignorantes como conocedores de todo esto y de ahí la conveniencia de que el futbolista declare como imputado, especialmente por su presunta relación con una menor.