El servicio de prensa de la Embajada británica confirmó ayer que las pruebas forenses han determinado que el cuerpo sin vida encontrado por un excursionista en octubre pasado en la zona de sa Talaia de Sant Antoni es el del galés Nigel Rees, de 46 años de edad, lo que ya se sospechaba desde el primer momento. La tardanza de la burocracia acabó con los nervios de la familia de Rees, que hace unas semanas remitió una carta de protesta a la Embajada británica que a su vez la derivó a las autoridades española.
Durante todo este tiempo el cuerpo de Rees ha estado en un congelador de las instalaciones de pompas fúnebres en Eivissa, lo que también provocó el enojo de sus responsables, que en algún momento tuvieron problemas de espacio. Desde la Embajada británica dijeron ayer que el cuerpo aún continúa en Eivissa, pero que se espera que en breve pueda ser repatriado a su Ammanford natal, en Gales.
Los informes forenses señalaron que no se encontraron rastros de violencia en el cadáver, aunque tampoco se ha hecho oficial la causa de la muerte. Según la prensa británica, Nigel Rees, alias cap, muy conocido en los pubs de Ammanford, vendió lo poco que tenía en su pueblo y decidió comprar una caravana y realizar un viaje con ella , un periplo que quiso comenzar en Eivissa, de donde ahora se sabe que nunca salió. Sin embargo, la Guardia Civil, que llevó la investigación, asegura que nunca se encontró la caravana. Al parecer no es el único de su pueblo en haber tenido ésta idea. Otros de Ammanford también decidieron vivir en una caravana instalada en un camping del levante español.
La familia de Rees no sabía nada de él desde septiembre del año pasado, cuando dejaron de tener noticias, por lo que se pusieron en contacto con las autoridades españolas.
Finalmente, un excursionista dio con su cuerpo entre unos matorrales en sa Talaia de Sant Antoni. El cadáver estaba en avanzado estado de putrefacción. La autopsia reveló que llevaba muerto unos 20 días.