Un total de 43 agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) con actual destino en Eivissa se van a ir de la isla. A cambio, sólo un policía ha pedido venir destinado a la Comisaría ibicenca. Ello supone, en cifras, que casi una quinta parte de los puestos que había consolidados, de una plantilla que supera en poco los 230 efectivos (247 sobre el papel), tendrá que ser sustituida por funcionarios nuevos.
Estos son los datos que baraja el Sindicato Unificado de Policía (SUP), organización que valora que la avalancha de solicitudes realizadas para abandonar las Pitiüses por sus compañeros pone al CNP de Eivissa en una de las situaciones más graves por las que se ha encontrado su plantilla en los últimos años.
Sus puestos serán cubiertos por los agentes en prácticas que vendrán este verano y por aquellos que salen de la Academia de Avila, a muchos de los cuales venir a la isla es, como mucho, un mal menor. Estos últimos, sin embargo, no cubrirán las vacantes hasta el próximo mes de octubre, fecha en la que se espera tener cubierta totalmente de nuevo la plantilla del CNP en Eivissa. «Es cierto que la plantilla termina completándose pero la situación viene acompañada de graves deficiencias estructurales y de medios materiales», explicó un representante del SUP en Comisaría.
La marcha de agentes va a incidir directamente en el funcionamiento de la Brigada de Seguridad Ciudadana, que es la que se supone más interesa a los vecinos. Es decir, los mandos de Comisaría tendrán muchos más problemas para organizar sus agentes a la hora de que haya más patrullas en la calle, lo que se conoce como coches Z. De igual manera, la condición novata de los agentes repercutirá en la formación de los grupos de trabajo y de su eficacia. Así una dotación puede estar compuesta por un funcionario recién salido de la Academia, con pequeña experiencia y conocimiento nulo de la ciudad de Eivissa, por ejemplo, y un alumno en prácticas, si lo hay ese día pera cubrir el puesto, comentaron las mismas fuentes.
El mismo problema afecta a las unidades operativas de policía judicial, como puede ocurrir en los grupos destinados a la lucha contra los estupefacientes o en aquellos destinados a investigar sucesos graves, como pueden ser homicidios o violaciones.
«Cuanta más experiencia y permanencia en un sitio es lógico habrá más eficacia por muchas ganas de trabajar que haya. Algunos no pasan si quiera un año en la isla ante de ir destinados a otros sitios», añadieron las mismas fuentes.
Para los agentes de Comisaría más veteranos acostumbrados a esta situación, la lista de quejas de sus compañeros es interminable. Muchos señalan pocos alicientes profesionales que vienen acompañados del alto nivel de gastos en la isla, falta de arraigo, malas comunicaciones con los domicilios de sus familias en la Península y una remuneración económica que se considera insuficiente.