Uno de los socios de un consultorio médico privado que tenía sede en Cala de Bou tuvo que sentarse ayer en el banquillo de un juzgado de Eivissa para responder una querella por supuestas calumnias que le interpuso el responsable de una empresa de ambulancias de la isla, competencia de la anterior, después de que el facultativo firmara una denuncia ante la conselleria de Sanidad informando de que éste podía estar aquejado de tuberculosis. El afectado tuvo que someterse a la prueba de la tuberculina para acallar rumores, asía como el resto de empleados de esta sociedad, antes de que entrara Sanidad directamente a investigar esta posibilidad.
«Fui víctima de una trampa repugnante. Pero no sé si fue urdida por Sanidad o por mi antiguo socio. Lo cierto es que, en todo esto, actué de buena fe», explicó ayer el acusado ante la responsable del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa. El fiscal no presentó cargos pero la representación legal del afectado pidió no sólo penas de inhabilitación para dicha persona, el doctor Juan Antonio R, sino también una indemnización de 30.000 euros y una multa de 16.700. Los hechos enjuiciados de esta «guerra de ambulancias» se remontan a hace ahora casi seis años. El servicio de ambulancias , que gestionaba entonces la clínica Eurosan, sufrió sendas inspecciones en sus vehículos en los meses de agosto y octubre. En noviembre, se formalizó una denuncia sin fundamento que, según la hipótesis de la acusación particular, fue una represalia por todas estas acciones. «Sanidad no conseguía sus objetivos y por eso sufrimos un incordio permanente», aseguró el acusado.
La denunciante sobre el supuesto caso de tuberculosis fue, en primer instancia, presentada por un técnico en emergencias sanitarias que trabajaba para el acusado. Sanidad llamó luego a Juan Antonio R. para aclarar si ratificaba estos extremos. «Me limité a firmarlo sin saber. Yo me encargaba de la parte administrativa, Debió hacerla mi socio y si la firmé fue porque me la exigió sanidad», explicó el imputado.
El querellante, por su parte, un hombre al que un año antes se le había extirpado un bulto por crecimiento benigno del tejido subcutáneo no relacionado con las enfermedad que se le atribuyó, manifestó que la noticia corrió «como la pólvora» por la isla y todo ello le afectó profundamente en el plano personal y profesional.
Los dos socios de Eurosan han cruzado distintas denuncias en los juzgados. Pero no fueron los únicos. afectados Juntos tuvieron que defenderse de las denuncias de sus vecinos por dejarles sin agua, causa penal de la que salieron absueltos.