Hector Hugo A.A., de 28 años y de nacionalidad boliviana, ingresó en la prisión de Eivissa como supuesto autor de la agresión sexual que sufrió una joven de 15 años en un domicilio. El sospechoso, como ya se informó, fue apresado por agentes del puesto de la Guardia Civil de Sant Antoni después de que la chica contara lo sucedido a sus padres y éstos se decidieran a interponer una denuncia. Según el relato de la chica, ésta fue forzada en una dependencia próxima a una vivienda en la que el acusado le obligó a mantener relaciones sexuales completas.
El juez también ordenó la entrada en la cárcel de Eivissa de un turista catalán, José Antonio S.P., de 34 años, como supuesto autor de la violación de una joven irlandesa en un barco atracado en el puerto deportivo de Santa Eulària. En este caso, sin embargo, sí se ha fijado una fianza de 6.000 euros para el acusado, un hombre que se hallaba de vacaciones con su esposa y que en todo momento ha asegurado que las relaciones que tuvo con esta joven fueron plenamente consentidas por ella.
La afectada por este caso señaló que se vio forzada cuando, tras alternar con dicha persona, declinó continuar con la relación, indicaciones y ruegos a los que, según la turista, el sospechoso hizo caso omiso. Ambos coincidieron en un conocido bar del puerto deportivo y tras tomar unas copas comenzaron a besarse. Según la denuncia, la chica fue posteriormente conducida a un atraque, donde había una embarcación que no pertenecía a ninguno de ellos, y allí se vio empujada contra la cubierta, momento en el que la penetró.
Durante las primeras indagaciones se comprobó que el relato de la joven se apoyaba en que ésta sufría unas fuertes marcas en la espalda, heridas causadas tras clavarse los corchetes de su sostén supuestamente cuando se vio arrollada.
La víctima, al aparecer, indicó que primero accedió a las pretensiones del detenido pero que finalmente rechazó mantener las relaciones, momento en que cualquier resistencia fue abortada por el acusado. Éste último, por contra, señaló ante el juez que fue la turista la que guió sus pasos y que él mismo no pudo concluir el acto por cansancio.