La Policía Local de Eivissa lo encontró durmiendo sobre el volante y con claros síntomas de ebriedad después de haber sufrido un accidente sobre las seis de la madrugada del pasado 16 de agosto. Fue imposible practicarle una etilometría por su supuesta falta de colaboración. Éstos, un delito contra la seguridad del tráfico y otro de desobediencia, son los cargos de los que tuvo que responder ayer en un juzgado de lo Penal un constructor danés de Marbella que dijo estar pasando sus vacaciones en la isla. El acusado negó rotundamente que se hubiera quedado dormido al volante y justificó la imposibilidad de someterse a la prueba de alcoholemia por su falta de pericia. «Esa noche sólo había tomado un par de sangrías», aseguró.
Asímismo, explicó que los síntomas de ebriedad que le atribuyó la policía se debía a que tenía «los ojos brillantes por haber estado todo el día tomando el sol y jugando al voley en la playa». «No supe soplar y la boquilla se soltó», comentó también cuando se le preguntó por qué no colaboró mejor con los agentes.