La responsable del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, la juez Clara Ramírez de Arellano, ha absuelto a una vecina de la bahía de Portmany que fue procesada por un supuesto abandono de familia tras ser acusada de haber echado de su domicilio a su hijo, un menor de edad. La juez ha entendido que no existió tal delito después de que éste hubiera tomado al pie de la letra y de manera desmedidas unas palabras que pronunció la madre cuando, tras una discusión con él, le dijo que si no le obedecía ya podía irse con su padre. El menor se fue de la casa y fue recogido poco después por su padre, que estaba trabajando, en un bar de Port des Torrent donde entonces trabajaba la que era su compañera sentimental.
La discusión entre la madre y el hijo tuvo lugar cuando la madre le denegó el permiso a que éste llevara a casa de su abuela un perro que se había encontrado en la calle. El pequeño, tras no poder hacer lo que quería, se fue hasta un establecimiento hotelero cercano y propiedad de la familia y desde allí llamó a su padre.
La acusada explicó el día del juicio que el niño se iba continuamente y que ella estaba tranquila porque vivían en un espacio cercado. Sin embargo, en esta ocasión, al notar su ausencia inició inmediatamente su búsqueda, intranquilizándose al darse cuenta de que realmente se había ido.