El joven residente rumano de 19 años detenido por la policía por el último atraco a mano armada en sucursal bancaria ocurrido en Eivissa tendrá que esperar en prisión su juicio. M.F.B. se declaró ayer ante el juez inocente de haber cometido el robo que tuvo lugar el pasado jueves en la sucursal de Bancaja de ses Figueretes y en el que el ladrón, ocultando su rostro con un pañuelo, gafas y un casco de motorista, se apoderó de 700 euros tras encañonar a los empleados. Pese a ello, el fiscal pidió su ingreso en prisión al entender que existían muchas pruebas que lo relacionaban directamente con el suceso.
El caso está pendiente ahora de que el juzgado tome declaración a los afectados por el atraco y se concluyan distintas pruebas que forman parte de la investigación judicial. Si persisten las sospechas contra M.F.B., éste puede terminar sentándose en el banquillo enfrentándose a una pena de cinco años de prisión, condena máxima que establece el Código Penal para los robos con violencia.
Las pruebas recogidas por Comisaría, al respecto, se consideran muy importantes. El ladrón, cuya cara no pudo ser identificada claramente en las grabaciones de seguridad pero sí otras características, como su complexión física, huyó en una moto. Éste fue precisamente apresado cuando circulaba en una moto robada la semana pasada en Sant Antoni por la misma calle donde se halla la oficina bancaria asaltada y con una pistola de fogueo. La investigación judicial realizará ahora comprobaciones para determinar si la moto intervenida coincide con la que el ladrón fue visto alejándose del lugar tras el atraco. Esta misma línea de comprobaciones se va a seguir para intentar aclarar si la pistola que portaba el acusado también es identificada como la que se utilizó en el robo.
A todas estas pruebas se une que M.F.B., quien pocos meses atrás fue apresado en Alemania por delitos de tráfico de drogas, tenían en su poder las ropas, el casco y las gafas que se cree fueron utilizadas por el asaltante que irrumpió en la oficina de Bancaja.