El residente brasileño de Sant Ferran A.S.D.S., sospechoso de comandar desde Formentera una red para traer inmigrantes ilegales a las Pitiüses para lucrarse con estas actividades, negó ayer ante la Audiencia Provincial haber montado esta trama y mucho menos haber obtenido beneficios ilícitos mediante amenazas. Uno de los brasileños afectados por la trama, sin embargo, murió asesinado cuando regresó a Brasil, según trascendió ayer ante el tribunal. A.S.D.S. reconoció que se había enterado de la violenta muerte sufrida por su compatriota, pero negó tener alguna relación con este suceso. Según el escrito fiscal, los afectados, una vez en Formentera, recibían avisos de que podía pasarles algo a sus familia si no pagaban la cantidad adeudada.
El sospechoso, un hombre que se sentó en el banquillo para enfrentarse a siete años de prisión como supuesto autor de un delito contra los derechos de los extranjeros, contaba supuestamente con la ayuda de su madre, persona que se encargaba de gestionar en su país los billetes para los «interesados».
El acusado, sin embargo, sólo reconoció en una ocasión haber utilizado a su madre para que recibiera dinero de uno de sus compatriotas y, según su declaración, lo hizo porque ésta estaba impedida y para evitar que tuviera que hacer cola para recoger 2.000 euros que envió conjuntamente con otros mil.
El escrito del ministerio público recoge a ocho personas que al menos se vieron directamente perjudicadas por estos negocios, personas que en su conjunto pagaron sumas que superaron los 30.000 euros. A.S.D.S., que afirmó trabajar en la construcción, dijo conocer a muchos de ellos sólo de coincidir con ellos Formentera (con alguno reconoció alguna disputa) y de trabajar con ellos en las mismas obras.