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Un 'capo' rumano dirigía desde la isla tres 'comandos' especializados en robos

Cinco detenidos en la isla formaban parte de una banda 'militarizada' que usaba inhibidores de alarmas y ultrasonidos

Parte del material intervenido por la policía en la operación, entre el que figuran inhibidores de frecuencia y equipos con ultrasonidos para ahuyentar perros.

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El grupo desmantelado en Eivissa estaba compuesto por cuatro hombres y una mujer. Tres de ellos contaban con domicilio en Santa Eulària, otro de los sospechosos cayó en Puig den Valls y el quinto dentro de Vila. En la isla también vivía, Mihai A., de 41 años, el 'cerebro' de una banda dividida en tres cédulas, por la que se ha arrestado a 25 personas en toda España. Mihai A. fue apresado en Barajas cuando regresaba a su país con 23.800 euros tras sentirse vigilado en Eivissa y Valencia.

La policía acabó con el «comando» ibicenco a finales del pasado mes tras diversas actuaciones en Madrid y Levante y después de que, con la ayuda de las autoridades rumanas, se hubieran podido localizar los lugares donde almacenaban los objetos sustraídos en España. La policía considera que la banda desarticulada estaba altamente especializada en robos de viviendas y establecimientos comerciales y que cada «golpe» iba precedido de una cuidada planificación a la que seguía una ejecución con los menos riesgos posibles. Los integrantes de la banda, además, se organizaban entre sí con un cuadro de mandos y acataban las órdenes que recibían de sus superiores directos. Los asaltos se perpetraban con la ayuda de inhibidores de frecuencia para neutralizar las alarmas y con equipos de ultrasonido con los que ahuyentar a posibles perros guardianes. Además, los grupos contaban con las herramientas necesarias para llegar hasta cajas fuertes y estructuras blindadas.

El «comando» ibicenco descubierto por el GRECO de Balears funcionaba con un modus operandi similar al desmantelado en la comunidad valenciana, con «bases» en las localidades de Denia y Oliva.

Sus principales objetivos eran mansiones y viviendas que se encontraran deshabitadas enclavadas en Sant Antoni y Santa Eulària. Estos domicilios eran primeramente sometidos a vigilancia, acción que incluía la exploración del terreno circundante para eliminar riesgos. Localizadas las cámaras de seguridad y otros sistemas que tuvieran los propietarios, se decidía cómo burlar estos sistemas. Parte del grupo entraba en la casa mientras los otros realizaban tareas de contravigilancia, estando, incluso, preparados para bloquear accesos y hacer de «pantalla» si durante el robo aparecía la policía.

Los agentes del GRECO han podido recuperar gran cantidad de relojes, joyas, perfumes y complementos de primeras marcas, así como numerosos equipos electrónicos que también fueron sustraídos de los domicilios desvalijados en la isla. Se ha recuperado artículos valorados en 80.000 euros. Las pesquisas policiales también han permitido acreditar que el grupo trabajaba en muchas ocasiones de acuerdo con los intereses de sus «clientes» , personas que pagaban por obtener determinados productos.

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