La Guardia Civil detuvo al italiano Francesco M., de 34 años, cuando se disponía a salir de la isla en un barco de línea regular después de que presuntamente hubiera arrojado al mar un Hummer que utilizaba su jefe y que, sin embargo, no era de su propiedad. El acusado, que trabajaba como chófer, supuestamente actuó por venganza como consecuencia de distintas desavenencias que tenía con el afectado, entre ellas de índole económica. El vehículo fue sacado ayer del agua con la ayuda de grúas y buzos después de que se rastreara entre s'Illa Grossa y el dique de Botafoc.
Medidas
El fiscal, tras ser puesto el sospechoso a disposición judicial, pidió durante la mañana de ayer que se le retirara el pasaporte al acusado para evitar nuevas tentaciones de fuga si éste no se avenía a un acuerdo y tenía que esperar en libertad provisional a la espera de juicio.
Durante su declaración ante el juez, Francesco M. aseguró que no pretendía eludir ninguna responsabilidad y que había intentado abandonar Eivissa porque ahora se sentía amenazado y perseguido por personas contratadas por su jefe.
Al parecer, el residente italiano decidió tirar el citado vehículo al mar después de que reclamara diferentes cantidades por su trabajo y no recibiera el dinero que pedía.
El suceso tuvo lugar durante la noche del sábado después que el acusado se dirigiera a la zona de s'Illa Plana y se las ingeniara para dejar caer el Hummer al mar. Se da la circunstancia de que dicho vehículo, cuyo valor puede rondar los 90.000 euros, no era propiedad de la persona sobre la que se ejecutaba la venganza sino que éste estaba cedido bajo un contrato de renting.