Los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial han absuelto a un hombre que el pasado 22 de marzo fue juzgado bajo la acusación de haber agredido sexualmente en Eivissa a una chica británica de 15 años de edad en agosto de 2005.
En un principio, el ministerio público pedía la absolución del acusado, un hombre de nacionalidad española que trabajaba en el restaurante de Cala Llonga al que solía acudir con frecuencia la menor junto con su familia, que veraneaba en esta zona pero tras escuchar los testimonios de la joven, ahora ya de 20 años de edad, y a la psicóloga que trata a la joven en los últimos años, modificó sus conclusiones y se sumó a la petición de la acusación particular, que era de seis años de prisión.
Los jueces han considerado que no hay pruebas de cargo contra el acusado, que en todo momento dijo que las relaciones fueron de mutuo acuerdo.
En el juicio, el acusado reconoció que mantuvo relaciones sexuales con la joven, pero dijo que no sabía que era menor de edad e insistió en que fueron completamente consentidas. «Le pregunté si era virgen, dijo que sí y respondí que iríamos despacio», añadió el hombre ante los magistrados.
Sin recriminaciones
Explicó también que la joven y él se habían intercambiado los números de teléfono y que se enviaban mensajes y que aquella noche quedaron para ir a la playa, aunque finalmente fueron a la casa de él, donde tuvieron sexo. Permanecieron un rato tumbados en la cama, según la versión de él, y preguntó a la joven si quería de nuevo hacer el amor, a lo que ella respondió que se tenía que marchar. Después, añadió el acusado, volvieron a verse en el restaurante y no hubo recriminaciones.
Por su parte, la defensa pidió la absolución con base en la carencia de pruebas forenses, ya que no acudió al hospital de Can Misses. Además, sugirió que la denuncia de la joven podría ser «interesada», con el fin de cobrar un seguro.
La acusación recurrirá la sentencia
La acusación recurrirá la sentencia. Defiende que la joven llegó engañada a la casa del hombre y, además, la psicóloga dijo que ante una situación como la que vivió la joven, lo ordinario, a la de edad de 15 años, es quedarse completamente paralizado, una circunstancia de la que se habría aprovechado el acusado.