El responsable de un taller de chapa y pintura de la Isla tuvo que sentarse ayer en el banquillo después de que una clienta que le entregó en diciembre de 2005 un Volkswagen fabricado hace 37 años, un modelo conocido popularmente como Escarabajo, decidiera emprender acciones legales por las continuas demoras en la entrega.
El acusado responde de un presunto delito de apropiación indebida por el que el fiscal y la abogada de la afectada piden una condena de año y medio de prisión, así como distintas indemnizaciones. La defensa argumentó que no se estaba ante un asunto penal, porque el chapista no quería quedarse con el Escarabajo, y que más bien se estaba ante un problema «de profesionalidad» que debía dirimirse en la vía civil.
«Me ha estado diciendo durante todo este tiempo que en diez días me lo daba. Mil veces lo ha hecho. Pasa el tiempo y yo ya no sé qué pensar. Lo único que quiero es que me devuelva mi coche reparado», dijo en el juicio la denunciante, una residente de nacionalidad alemana.
El acusado explicó que el coche estaba en estado «deplorable» y que al retirar el chasis se enfrentó a distintos problemas de mecánica, motivo por lo que tuvo que pasarlo a otro taller con el que trabajaba después de desmontarlo por completo. «El coche existe ahora, pintado y tuneado pero hay que reparar distintas piezas que ya no existen en el mercado», dijo. El mecánico que tiene ahora el coche afirmó que el Escarabajo le fue entregado sin todas las piezas y está ahora pendiente de encontrar otras que valgan.