La Guardia Civil continúa investigando la autoría de este acto xenófobo que tuvo lugar el pasado fin de semana en una finca de Sant Antoni, lugar en el que se enterró una careta de cerdo con una corona y una bandera española junto con publicidad de la formación política de extrema derecha Democracia Nacional.
Los terrenos fueron en su día de interés de la comunidad musulmana de la Isla que vio en ellos un buen lugar para emplazar un cementerio. El trato, sin embargo, nunca se cerró, según los informes policiales que se recogieron tras el hallazgo. Según distintas fuentes conocedoras del caso, la «profanación» de los terrenos fue más que una gamberrada porque, al enterrarse un cerdo, animal impuro para el Islam, se persiguió impedir que se pudiera llevar a cabo en el futuro cualquier rito de esta religión en la zona.