Puñetazos y golpes para todas. Para la pareja y para la amiga de ésta. Y todo ello en dos días distintos. Ésta es la acusación que pesa contra un joven rumano residente en Santa Eulària que ayer tuvo que comparecer ante la titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, la magistrada Clara Ramírez de Arellano, para responder de las lesiones presuntamente causadas a ambas, entre ellas sendos puñetazos en los ojos.
Paras las dos supuestas afectadas, sin embargo, no ocurrió nada. Incluso, para la novia del sospechoso, las lesiones que presentaba en el ojo se debían a una pelea anterior que tuvo con una británica. «Lo único que quiero es volver con él», declaró ayer en el juicio.
En un bar
El fiscal pide seis meses de prisión y una multa de 900 euros por este caso. El sospechoso acabó detenido después de que la Policía Local de Santa Eulària interviniera el 27 de junio en un bar de ambiente caribeño tras un altercado entre el acusado, su novia y una amiga de ésta. « No pasó nada. Lo único que hice fue decirles que me dejaran salir», afirmó el presunto maltratador. Dicha persona atribuyó todos los incidentes a los «celos extremos» de su pareja. «Creía que me acostaba con la otra chica», señaló.
Una empleada del establecimiento donde ocurrió el suceso, sin embargo, lo vio todo. Afirmó, y ayer lo ratificó en el juicio, que vio claramente los empujones que hubo y cómo el sospechoso propinaba un puñetazo en la cara a una de las jóvenes. «Luego la otra me dijo que me fijara en el ojo por cómo lo llevaba y me aseguró que se lo había ocasionado tres días antes», explicó la testigo.
Un agente de la Policía Local, además, indicó que durante la investigación la propia pareja del detenido señaló que ese mismo día «le había reventado el móvil en la cabeza».