La Fiscalía solicita un total de 138 años de prisión para el procesado Tomás A.R., más conocido como 'El Brujo', quien se sentará en el banquillo entre los próximos días 22 y 26 de noviembre acusado de 19 delitos sexuales que presuntamente cometió sobre trece menores de entre 11 y 16 años en Eivissa, a las que habría logrado engañar y anular induciéndolas a creer que tenía dones sobrenaturales y que en sus manos estaba que sus vidas «transcurriera por los cauces del éxito y la felicidad».
Así lo expone la Fiscalía en su escrito de calificación, en el que atribuye al supuesto mentalista delitos continuados de abuso sexual por abuso de superioridad así como por ser algunas de las víctimas menores de 13 años. Mientras tanto, solicita 34 años de cárcel para Alberto C.C., a quien el principal inculpado hizo supuestamente partícipe de algunas sus relaciones con las menores y al que presentó como su discípulo para que las niñas hicieran con él lo mismo que con Tomás A.R.
El Ministerio Público, que pide además que Tomás A.R. indemnice a las afectadas con un total de 630.000 euros, sostiene que entre los años 1995 y 2006 logró mantener relaciones sexuales con las trece menores aprovechándose de su inmadurez y falta de experiencia mediante engañosas promesas de ayuda y enseñanza de cara al desarrollo de su personalidad y sus relaciones con los demás.
El acusado simulaba de este modo poseer dotes de adivino, psicólogo, mentalista, curandero, sanador o terapeuta, aparentaba desempeñar labores y trabajos en equipos deportivos profesionales y se rodeaba de personas conocidas del mundo del deporte, lo que le confería ante los demás una apariencia de seriedad y rigor «absolutamente alejada de la realidad», tal y como postula la acusación. Fue de esta forma como consiguió entablar amistad con las menores y obtener su confianza, muchas veces a través de los padres y familiares.
La estrategia del acusado, según la Fiscalía, pasaba por invitarlas a restaurantes o casas particulares y haciéndoles pequeños obsequios, además de advertirles de las desgracias que les sobrevendrían si no seguían sus pautas de conducta y deseos, por lo que las niñas finalmente accedían por temor a sufrir fracasos en su vida.
Tal y como relata el escrito de acusación, Tomás A.R., en torno a 1994, había conseguido formar un grupo compuesto por varias chicas, todas por entonces menores de 18 años, que le solían acompañar en reuniones, cenas o fiestas y a las que hizo que obedecieran sus órdenes con la única finalidad de mantener relaciones sexuales con ellas.
Es más, logró que las afectadas le vieran como una persona situada, tanto en lo moral como en lo profesional, en un plano muy superior al suyo propio, y asumieran que debían hacer lo que éste les ordenara, anulando cualquier capacidad crítica por miedo a defraudarle o desobedecerle. Además, les convencía de que pretendía que alcanzaran seguridad frente a la vida y que estuvieran preparadas para futuras relaciones con otros hombres.
Y así es como, bajo un «pacto de silencio» por el que no debían contar nada a nadie, el acusado presuntamente abusó de ellas y en el caso de algunas llegó a mantener relaciones sexuales completas. Durante el juicio, que se desarrollará durante cinco días en los Juzgados penales de Eivissa ante la Sección de Refuerzo de la Audiencia Provincial, declararán un total de 51 testigos, 15 de ellos de la parte denunciante.