La Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha ratificado la sentencia que en su día dictó el Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa en la que se absolvía de un delito de imprudencia con resultado de muerte (homicidio imprudente) al capitán de una golondrina de la que en julio de 2006 se lanzaron dos turistas, falleciendo uno de ellos, sobrino del entonces ministro de Defensa de Irlanda.
El capitán de la embarcación fue, sin embargo, condenado por un delito de omisión del deber de socorro a una multa de 1.800 euros al entenderse que, pese a la confusión registrada cuando éste creía que sólo se había arrojado un turista al agua, no avisó a Salvamento Marítimo tras atracar y conocer que podía haber otro joven en el mar, como así sucedió.
El fallo desestima el recurso interpuesto por la familia de la víctima John Bourke, de 21 años, basada en un supuesto defecto de valoración de la prueba. Para el tribunal, «no se puede reprochar nada a la juzgadora», y recuerda que queda abierta la vía civil para depurar otras responsabilidades por lo sucedido en Sant Antoni.