Ni siente ni padece. Así parece encontrarse el joven marroquí de 21 años que se encuentra ingresado en la planta de Psiquiatría de Can Misses después de que supuestamente intentara el lunes estrangular a su madre con un pañuelo en su casa de ses Figueretes.
F.E. recibió anteayer la visita de la comisión judicial que se trasladó al hospital para tomarle declaración. Según la información recogida por este periódico, se limitó a cerrar los ojos. No pronunció una sola palabra, ni si quiera cuando se le informó de que ingresaría como preso preventivo cuando recibiera el alta médica.
Los motivos de su ataque son una incógnita. El paciente está bajo vigilancia médica en observación pero no está recibiendo ningún tratamiento especial. Al respecto, algunas fuentes señalaron que permanece inmóvil en su cama y que no ha mostrado ni deseos por comer o beber.
Su familia, que no quiso presentar ninguna denuncia, tampoco ha dado ninguna explicación que justificara la agresión del acusado, persona con residencia en Vila desde hace años.
Engañado
Sin embargo, sí ha trascendido que su carácter era cada vez más huraño desde que se sintió engañado en un trabajo anterior.
La policía, como ya se informó, lo detuvo en la mañana del lunes después de que F.E., al poco de llegar a su casa de la calle Navarra, se abalanzara sobre su madre e intentara asfixiarla, hecho que fue impedido por su hermano.
Éste dormía en una habitación cercana cuando se despertó sobresaltado al escuchar ruido y gritos. Al descubrir a su madre atacada por su hermano, se vio obligado a romperle un objeto decorativo en la cabeza para que cejara en su empeño. Los gritos fueron escuchados por los vecinos, que avisaron al 091.