Dos bomberos de Madrid que montaron un negocio inmobiliario y uno de los cuáles era propietario de un negocio en Vila, un osteópata de esta misma ciudad metido a empresario en el sector de la energía solar, un vecino de Jesús, dos jóvenes de Ibiza y un cordobés. Ésta es la radiografía de una red desmantelada por agentes de Equipo de Delincuencia Organizada Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil en el segundo semestre de 2008. La investigación, enmarcada en la denominada operación Rompedor, demostró la conexión de todos ellos en negocios con cocaína que «unieron» Eivissa, Madrid y Córdoba.
Los siete sospechosos tuvieron que sentarse ayer en el banquillo ante la Audiencia Provincial en un proceso en el que el fiscal pidió penas que van desde los tres a los seis años de prisión. Sólo el joven de Córdoba reconoció explícitamente traficar. El resto, a excepción de otro que guardó silencio, negaron su relación con la venta de estupefacientes o se limitaron a identificarse únicamente como consumidores.
Sin embargo, según la investigación los tres empresarios jugaban con los otros encartados, a los cuáles utilizaban como peones para sus movimientos. Según las pesquisas, el principal acusado llegó a ofrecer al residente de Jesús un kilo de cocaína. Éste se quedó con la mitad.