El grupo de presuntos 'camorristas' desarticulado la semana pasada por el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (ED0A) de la Guardia Civil de Eivissa tenía pensado invertir las ganancias obtenidas con el tráfico de estupefacientes en algunas de las propiedades inmobiliarias que las entidades bancarias han embargado en los últimos meses, informaron ayer fuentes conocedoras de la investigación.
En los registros que los agentes de la Guardia Civil realizaron el pasado miércoles decomisaron 68.000 euros, pero se piensa que la organización controlaba mucho más dinero, a juzgar por el tren de vida que llevaban alguno de los detenidos. Entre los coches de lujo aprehendidos hay un Hummer y diversos deportivos de marcas como BMW y Audi.
Ayer, la Guardia Civil expuso en el cuartel de Can Sifre el dinero y la droga que decomisaron: un kilo de speed, otro de MDMA, 2.000 pastillas, tres kilos de hachís, medio de marihuana y medio litro de ketamina líquida, además de una pistola de fogueo, un inmobilizador eléctrico y un puño americano.
Finalmente se ordenó el ingreso en prisión con carácter provisional sin posibilidad de eludirla mediante el depósito de una fianza de 13 de los 52 detenidos en esta operación, mientras que tres de ellos podrán evitar el ingreso con el pago de 6.000 euros.
Tráfico de drogas
La Guardia Civil detuvo a 52, pero 18 quedaron en libertad con cargos una vez que fueron interrogadas. 34 de los arrestados fueron puestos a disposición del juez de guardia y de estos otros 18 quedaron en libertad provisional.
La mayor parte de los detenidos proceden del sur de Italia y serían presuntos 'camorristas' que se habrían instalado en Eivissa desde hace dos temporadas con la intención de dedicarse, exclusivamente, al tráfico de drogas.
En busca del presunto jefe del grupo: el naoplitano Davide Dragota
Los agentes de la Guardia Civil están tras la pista del que se considera el presunto jefe del grupo, Davide Dragota, cuyo apellido ha dado nombre a la operación: 'Dragone'. Al parecer, vive en un chalé en Sant Jordi. Cuando los agentes irrumpieron en la casa estaba toda su familia, pero faltaba él.