La madrugada del pasado 17 de mayo de 2012 un vecino de Vila se enfrentó a un hombre que asaltó su casa para robarla. Y ayer, tras hacerle huir aquella noche y reconocerle por la calle horas después para que fuera detenido, volvió a estar frente a frente con él durante el juicio que se llevó a cabo en el Juzgado de Instrucción Número 1 de Eivissa.
El acusado, J.B.A., es un delincuente muy conocido por la justicia. A sus 46 años, este hombre natural de Girona ya ha pasado 23 años en prisión y tiene 13 antecedentes penales, la mayoría de ellos relacionados con delitos contra la propiedad, aunque ninguna vez había sido detenido en Eivissa.
Ahora a todo esto podría sumar otros cinco años más en la cárcel si la magistrada encargada de juzgar el caso le declara culpable de un delito de robo con violencia, con el agravante de reincidencia, tal y como pide el Ministerio Fiscal.
Todo parece ser que así será, puesto que durante la sesión, el marido y la mujer que sufrieron el asalto aquella noche le reconocieron en la sala «aunque llevaba el pelo más largo y algo más de barba». Algo que les costó mucho, sobre todo al marido, puesto que desde aquel día sus hijos y su mujer «tienen problemas serios para poder conciliar el sueño».
Mientras, el acusado argumentó que él no fue el asaltante, entre otras cosas, porque se encuentra muy mal de salud, (ha sido operado de una hernia y le han instalado un bypass coronario) y porque en ese momento tenía el tobillo dañado y vendado.
Además, J.B.A. demostró que durante el tiempo que lleva en prisión ha aprendido bastante de leyes. En su declaración final aseguró, entre lágrimas, que «no he sido un santo pero en esta ocasión no entré en esa casa, porque si no. lo normal hubiera sido declararme culpable para que la fiscal sólo me pudiera imputar un delito de hurto».