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Absueltos cuatro de los ocho acusados de la operación Cenizo al declararse nulas las escuchas

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La Sección Primera de la Audiencia Provincial ha absuelto a cuatro de los ocho acusados por tráfico de drogas que fueron detenidos en 2009 en Eivissa en el marco de la operación Cenizo y que el pasado día 15 sentaron en el banquillo. En la sentencia, los magistrados explican que «la declaración de nulidad [de las escuchas telefónicas] debe llevar consigo la absolución de cuatro de los acusados, pues la única prueba de cargo que se ha utilizado para su incriminación ha consistido en las intervenciones telefónicas y en el resultado de los registros domiciliarios practicados con base en tales escuchas».

Los jueces han declararon nulas las intervenciones telefónicas de la operación Cenizo porque este trabajo de la Guardia Civil deriva de otro anterior, la denominada operación Rompedor, cuyas escuchas también fueron anuladas por la Audiencia Provincial, que consideró que la medida no estaba debidamente justificada por el juzgado que las autorizó.

No obstante, cuatro de las ocho personas detenidas en la operación Cenizo han sido condendas. Se trata de los dos hermanos a los que se consideró cabecillas del grupo, que han recibido condenas de tres años de prisión, y de otros dos acusados a quienes se les imponen penas de 20 meses. En un principio, el ministerio público pidió para los hermanos una pena de prisión de cinco años, mientras que para los otros dos condenados se reclamaban cuatro años y medio y cinco años, respectivamente. Para los otros cuatro acusados, los que han sido absueltos, se pedían cinco años para cada uno.

Esta operación fue realizada por los agentes del Equipo de Delincuencia Organizada Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil a lo largo de 2008. En marzo de 2009 detuvieron a 19 personas, quince en Eivissa y cuatro en Granada. En su momento se consideró a este grupo se creó después de que los dos hermanos se valieran de sus contactos con algunas personas de Eivissa, entre ellas un empresario de la zona de ses Salines y el dueño de un local en Cala de Bou, para comenzar a distribuir anfetaminas. La Guardia Civil calificó a este grupo como el principal distribuidor de esta droga durante los meses de verano.

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