La Dirección General de Interior del Govern balear será la que finalmente decida si sanciona al policía local de Santa Eulària que aparece en un vídeo riéndose de un vendedor ambulante y destrozando su material.
De momento, la investigación sobre los hechos sigue su curso y no se descarta que el agente acuda a declarar para aclarar los hechos o que se soliciten nuevas pruebas periciales. Tampoco se descarta que se puedan tomar medidas contra la otra persona que graba los hechos con un dispositivo móvil mientras comparte risas con el protagonista.
Mientras esto sucede, el Ayuntamiento de la localidad ya ha suspendido al agente de forma cautelar y durante seis meses tras reunirse en una comisión de urgencia formada por el alcalde Vicent Marí, la regidora de Policía, María Ferrer, la secretaria del Consistorio y el jefe de la Policía Local.
Según ha podido saber este periódico, la grabación publicada por Crónica Balear en la que se ve cómo el policía se ríe del vendedor y arroja el material contra una pared del aparcamiento donde se encuentran los coches de las patrullas locales se llevó a cabo durante el verano de hace unos cinco años, como queda demostrado en la rotulación que aparece en los vehículos policiales y que se dejó de utilizar hace ya varios años.