En la segunda jornada del juicio por el gran incendio de sa Serra de Morna, que comenzó el 25 de mayo de 2011 y arrasó 1.576 hectáreas de zona rústica protegida en su mayor parte, se escucharon los testimonios de los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil que realizaron la investigación de las causas y los peritajes de varios agentes de la Conselleria de Medi Ambient. Todos ellos afirmaron con rotundidad que el fuego comenzó en es Puig de ses Sitges y, concretamente, en el lugar en el que aquel día, sobre las diez de la mañana, el único acusado por este gran incendio, Martín Norberto Candioti Ceresetto, acudió con un ahumador a realizar labores de apicultura en una falsa colmena que unos meses antes había instalado sobre los restos de una antigua carbonera.
Tanto los agentes de la Guardia Civil como los de Medi Ambient no tienen dudas al respecto y tampoco las tienen a la hora de afirmar que no fue una buena idea emplear un ahumador teniendo en cuenta las condiciones que se daban en aquel momento, con una temperatura máxima de unos 28 grados centígrados, una humedad que rondaba el 30 por ciento.
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