Ayer por la mañana, cuando el juzgado recibió la autopsia, se decretó el secreto de las actuaciones, de manera que nada se sabe, de forma oficial, acerca de la muerte del trabajador polaco Wojcieh Ryszard Kadziolka, cuya desaparición fue denunciada el martes de la semana pasada y cuyo cuerpo sin vida se encontró anteayer por la tarde en el vehículo que conducía habitualmente, un Chevrolet Trans sport 3.4 con matrícula CJC1713.
El vehículo fue detectado desde el aire cerca del viejo campo de tiro de Cala Vedella por los tripulantes del helicóptero Cuco de la Guardia Civil. No había signos de violencia, aunque el cuerpo presentaba algunos rasguños. Pese al secreto de las actuaciones, sí ha trascendido que se descarta el suicidio.
Desde el pueblo toledano de Huerta de Valdecarabanos, la hija de Kadziolka, Klaudia, aseguró que su padre nunca se suicidaría. La joven explicó que su familia sufre graves problemas económicos y que tanto ella como su madre y su hermano temen que, cuando el día de su desaparición, Kadziolka intentara cobrar una deuda, tal y como explicó a su mujer por teléfono, y que al no recibir el dinero cayera en depresión, lo que le podría haber empujado a beber. «Mi padre estaba muy enfermo del corazón», añadió Klaudia Kadziolka.
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