La Audiencia ha absuelto a Martín Norberto Candioti, el apicultor que fue acusado por la Guardia Civil y por el ministerio público de ser el causante del gran incendio de sa Serra de Morna, que en mayo de 2011 arrasó 1.576 hectáreas de bosque. De hecho, la Fiscalía de Eivissa solicitó once años de cárcel para Candioti, que llegó a pasar un año en prisión provisional. A juicio de la Fiscalía, el apicultor es el responsable de un delito grave de incendio forestal de considerable importancia y con peligro para la vida o integridad física de las personas, «por imprudencia de especial gravedad». Pero en la sentencia, la Sección Primera de al Audiencia Provincial falla que el acusado, argentino de 53 años residente en la Isla y que practicaba la apicultura, no es el responsable penal del incendio. El tribunal considera que no puede imputársele dicho delito, que requiere la omisión de «las más elementales reglas de cautela o diligencia» exigibles en la realización de su actividad.
El acusado desarrollaba en la zona, en el momento de iniciarse el fuego, su actividad como apicultor, a la que venía dedicándose desde hacía al menos 10 años.
Los hechos probados
La sentencia considera probado que el hombre prendió fuego a un ahumador, lo cerró y durante diez minutos insufló humo hacia una colmena de abejas que había colocado en la ladera sur del Puig de Sa Savina, dentro de sa Serra de Morna.
Tras acabar, estuvo observando la colmena durante otros dos minutos, tras lo cual se fue a su casa llevándose consigo el ahumador.
El tribunal afirma que el acusado utilizó el ahumador de la manera habitual en que lo hacía no sólo él, sino el resto de personas que se dedicaban a la misma actividad, y que no se les exigía permiso para utilizarlo ni se les exigían mayores medidas de seguridad.
La sala considera que prever que una pavesa o material incandescente del ahumador, ante su uso normal, pudiera ser la causa del incendio «es bien complicado», por lo que el acusado «difícilmente podía prever esto y más aún cuando no pudo observar que dicha partícula saliera del ahumador».
Según el tribunal, no hubo «una actuación grosera por parte del procesado que lleve a calificar la negligencia como integrada por la omisión de ‘las más elementales reglas de cautela o diligencia' exigibles en la realización de su actividad», y en consecuencia la imprudencia que podría imputársele «nunca sería grave». La sala destaca que el resultado del incendio fue «terrible», pero puntualiza que «tan devastador resultado no puede hacer grave la acción, pues ésta no depende del resultado y sí de la acción en sí misma considerada».
Además de la condena de cárcel, la Fiscalía pedía también que el apicultor abonara al Govern 232.091 euros correspondientes al coste total de las labores de extinción del incendio y en la cantidad que se determinara a los propietarios de las fincas y viviendas por los daños ocasionados.
El tribunal indica que, dada la absolución, los perjudicados se reservan la opción de acometer acciones civiles y/o administrativas. Contra esta sentencia cabe recurso de casación.
«Cuando deje de soñar con el caso, me sentiré mejor»
Ayer por la mañana Matin Candioti acudió a Palma a recoger la sentencia que lo absuelve. «Creo que esta noche, cuando esta noche deje de soñar con el caso, me sienta mejor», manifestó por teléfono el apicultor, emocionado pero aún tratando de asumir lo que durante tanto años ha deseado y finalmente se ha cumplido. «Esta sentencia viene muy bien y en un momento muy especial de mi vida», añadió Martín Candioti, que dijo ya había brindado en Palma con sus amigos.