El joven de 23 años de edad y nacionalidad española que el pasado jueves se precipitó desde la azotea del número 15 de la calle Cipriano Garijo de la Marina se encontraba en estado de ebriedad y se cayó por accidente, según las conclusiones a las que han llegado los investigadores del Cuerpo Nacional de Policía.
El joven se encuentra estable dentro de la gravedad, ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital mallorquín de Son Espases.
El suceso se produjo sobre las doce del mediodía. El joven se precipitó y se estrelló contra el suelo, aunque un cable frenó la caída, lo que hizo que el golpe final fuera menor, informaron fuentes policiales.
Al parecer, el joven había subido a dormir a esta azotea, en la que había varios colchones, y se cree que era la primera vez que lo hacía.