Tras las dramáticas declaraciones del acusado, la denunciante y los testigos, el caso por presunta agresión sexual contra un joven ibicenco quedó visto para sentencia. Cuando sucedieron los hechos, en noviembre de 2008, él tenía 19 años y ella, 17.
Tras escuchar a los testimonios, ninguna de las partes modificó sus conclusiones: el ministerio público y la defensa reclaman la absolución del joven, ya que consideran que las relaciones sexuales que mantuvieron fueron consentidas por la denunciante, mientras que la abogada de la chica reclama la pena máxima, diez años de cárcel, puesto que acusa por una presunta agresión sexual «cuando la víctima sea especialmente vulnerable, por razón de su edad, enfermedad, discapacidad o situación», es decir, con base en el apartado tercero del art. 180 del C.P.
La abogada considera que el acusado se valió de la borrachera de la joven para abusar de ella. Así lo explicó la chica. Ambos estaban en el bar El Desván, en el barrio de es Viver. Él asegura que ella consintió en salir y dirigirse al estacionamiento de la calle Diputat Josep Marí Ribas, donde consumaron el acto. Ella, entre sollozos, dijo que no pudo zafarse de él porque no tenía fuerzas debido a su estado de ebriedad.
Él aseguró que ella en todo momento consintió las relaciones. Ella, por su parte, insistió en que estaba tan borracha que no recuerda buena parte de la ocurrido. A partir de entonces, cambió su carácter. «Me encerré en mí misma», dijo a los magistrados.
El acusado grabó el acto sexual con su teléfono móvil
El acusado explicó a los magistrados de la Audiencia Provincial que grabó el acto sexual con su teléfono móvil, algo que ella no pudo ver porque estaba de espaldas a él. Cuando acabaron, ella cayó a un charco y se llegó de barro. Él regresó a El Desván a buscar a sus amigos para tomar un taxi entre todos, siempre según su testimonio. Mostró el vídeo a uno de sus amigos y contó a otras personas que había mantenido relaciones sexuales con la joven. Después fueron a buscarla al estacionamiento para ayudarla, pero ya no la encontraron. Otro joven que pasaba en coche la vio en tan mal estado que decidió ayudarla y llevarla a su casa.