Las horas pasaban ayer con impotencia en Cala Boix, donde los familiares de Miquel M.R. sufrían ante la ausencia de noticias acerca del pescador de 52 años que desapareció la tarde del viernes dejando a la deriva el llaüt Gavita.
Al cierre de la edición de este periódico, se había suspendido el operativo de búsqueda de la jornada sin ningún resultado positivo. La falta de luz solar y, en consecuencia, de visibilidad, obligaba a detener las investigaciones, que se reemprenderán hoy.
Contrarreloj
Según señaló una de las fuentes consultadas, el paso de las horas «implica otros dispositivos con otras hipótesis y con otros especialistas». En otras palabras, el paso del tiempo reduce las posibilidades de encontrar con vida al pescador y también cocinero de Can Bigotis.
En el operativo de ayer participaron a lo largo del día cuatro buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil. También actuaron otros agentes de la Benemérita que peinaron la zona por tierra, junto con Protección Civil y la Policía Local de Santa Eulària.
Por aire, un helicóptero del SAR sobrevoló la zona desde primera hora de la mañana. Sin embargo, a diferencia del primer día, cuando se centró en Cala Boix y Cala Mastella, esta vez amplió su radio de acción y cubrió un área de hasta ocho millas, oteando desde el cielo las aguas entre Eivissa y Formentera y aumentando la zona de búsqueda hacia el sur y sudeste.
Voluntarios
Además, por mar también intervino una embarcación de Salvamento Marítimo que sería relevada por la tarde por el Posidonia de Cruz Roja. También se unió un grupo de buceadores voluntarios de Santa Eulària y un grupo de pescadores, que zarparon con su propios llaüts.
Sobre la participación de personas voluntarias, un portavoz de la Guardia Civil señaló que «cualquier ayuda será bienvenida, siempre que sea coordinada con las autoridades». Asimismo, quiso aclarar que «se está haciendo todo lo humana y técnicamente posible, aunque a veces la gente no lo vea», añadió. Hacía referencia a la familia del pescador, que se desesperaba de angustia ante la situación a unas pocas decenas de metros del agente.