«Salí a pasear a mi perro Dogo y, de repente, vi que el pit bull se escapaba por la puerta de una planta baja, donde habían dejado la puerta abierta. Se abalanzó a por nosotros y yo cogí a mi perrito: no tuve tiempo de más. Me mordió la mano y me la destrozó, fueron unos segundos eternos».
Catalina Parets Castell es la vecina de sa Pobla de 41 años que el lunes fue brutalmente atacada por un perro de raza peligrosa, tal y como adelantó ayer en exclusiva
Última Hora. Cuatro días después de la dramática experiencia, Catalina continúa recuperándose de sus lesiones en el hospital de Inca. «Cuando me den el alta tendré que hacer rehabilitación para poder volver a mover los dedos. La mano la tengo destrozada, con dos cortes horribles. No sé cuantos puntos de sutura me han puesto», relató ayer a este diario.
Vecinos
El lunes, a eso de la una y media de la tarde, Catalina y su mascota Dogo paseaban por la calle Reina Victoria, a unos 250 metros de su casa. Pasaron por delante de la planta baja donde estaba el pit bull, que aprovechó una puerta abierta para huir: «Lo tenían en una cochería encerrado. Eso no son condiciones para tener a un perro así. El animal salió como loco y fue a por nosotros. Todo pasó muy rápido, pero se me hizo eterno. Grité desesperadamente y dos familias vinieron a ayudarme», relató.
Sin embargo, ya era tarde para Catalina: el pit bull le destrozó completamente la mano. «Al menos no mató a mi perrito», se consoló ayer en el hospital. Las lesiones, además, le han complicado su futuro inmediato laboral: «Tenía que empezar en un trabajo ya, y mira cómo estoy. En el hospital y con una mano destrozada. Todavía no sé seguro cuándo me darán el alta, esperan a que no tenga fiebre». La mujer se quejó de que los dueños del pit bull «ni siquiera han venido a verme para disculparse». «Los conozco desde hace tiempo y hace quince días ya se escuchó en el pueblo que ese animal se había escapado y había atacado a otro perro. Es un perro muy agresivo, no podían tenerlo en esas condiciones en esa casa».
Según Catalina, los vecinos se encararon con los dueños del pit bull y les recriminaron todos los problemas que estaban ocasionando en sa Pobla. «Yo tengo un hijo pequeño, imagínate que sale él a pasear a nuestro perrito en mi lugar. ¿Qué habría pasado? Esa bestia puede matar a cualquiera». La víctima ha presentado una denuncia y espera que sus vecinos «lo paguen caro, porque yo me he quedado con una mano destrozada».