El presidente y el vicepresidente de la empresa Ruihai International Logistics, propietaria de la terminal de contenedores donde se produjeron dos masivas explosiones el pasado miércoles en la ciudad china de Tianjin, han sido detenidos.
Así lo aseguró este martes la cadena de televisión oficial china, la CCTV.
«La compañía trabajó con químicos peligrosos durante un periodo de tiempo sin tener licencia para ello», dijo hoy un ejecutivo de la empresa a la agencia oficial Xinhua.
Entre los detenidos están el presidente, Yu Xuewei, y el vicepresidente, Li Liang, según publican medios locales como el Diario de Tianjin, ciudad septentrional china en cuyo puerto se produjo la catástrofe, que ha dejado un saldo actual de 114 muertos y oscila la cifra de desaparecidos, que se cuentan por decenas.
Además, podrían estar bajo disposición policial más altos cargos de la compañía, cuyo organigrama es otro tema controvertido ya que, según publicó el lunes la prestigiosa revista financiera Caijing, quien «controla realmente» la compañía es Dong Mengmeng y hay diferentes informaciones acerca de quién es el presidente.
Dong resulta ser el hijo del exdirector de la Oficina de Seguridad Pública del Puerto de Tianjin, señaló este medio, revelando las conexiones entre la empresa y el gobierno local.
El Tribunal Supremo chino, en la práctica supeditado al Partido Comunista de China, al no haber independencia judicial, anunció el domingo la puesta en marcha de una investigación para averiguar si hubo negligencias involucradas en las explosiones.
Además de la supuesta tenencia de productos químicos peligrosos sin licencia, hay otras posibles negligencias como el desconocimiento de si los bomberos fueron informados de que había productos inflamables en el almacén cuando fueron a apagar un fuego previo, lo que pudo provocar la explosión ante el contacto con agua.
El Ministerio de Seguridad Pública de China confirmó hoy que el almacén contenía al menos 3.000 toneladas de unos 40 productos químicos peligrosos, entre ellos cianuro de sodio.
Más de cien soldados del Ejército chino y miembros de los equipos de rescate que trabajan en la zona conmemoraron hoy a las víctimas de la tragedia, mientras se teme que las lluvias que se registran hoy puedan dispersar el cianuro de sodio que contienen los contenedores, miles de ellos dañados por las deflagraciones.