Un tiroteo ocurrido este jueves en el centro de estudios superiores Umpqua Community College, de Roseburg, en el estado de Oregón (EE.UU.), dejó diez muertos y siete heridos, en un suceso en el que el sospechoso, un joven de 20 años, murió tras enfrentarse con la Policía.
El sospechoso murió tras abrir fuego contra las autoridades, informó John Hanlin, sheriff de Douglas County, en una conferencia de prensa. La gobernadora de Oregón, Kate Brown, añadió posteriormente que se trataba de un joven de 20 años.
«Aún es pronto para conocer todos los hechos, pero los efectos de un suceso como este serán duraderos», apuntó Brown.
Según las autoridades, los heridos se encontraban en diferentes clases del campus.
Las fuerzas de seguridad respondieron a las primeras llamadas de emergencia en torno a las 10.38 hora local (19.38 GMT). El sospechoso, del que no se ha facilitado identidad alguna, fue tiroteado tras enfrentarse a la Policía, indicó Hanlin.
Posteriormente, se rastreó la zona en busca de otros posibles sospechosos, algo que, por el momento, se ha descartado.
Lacey Gregory, estudiante del centro, comentó a la cadena de televisión local KOIN que estaba en la biblioteca en el momento en que tuvo lugar el tiroteo y que la Policía evacuó a los estudiantes a una zona segura.
«Fue realmente aterrador. Tuvimos que llevarnos las manos sobre la cabeza mientras salíamos de allí uno a uno. Permanecimos allí de pie y rezábamos a Dios para salir vivos», afirmó Gregory.
Fuentes del canal CNN aseguran que el sospechoso podría haber compartido en las redes sociales sus planes de llevar a cabo el tiroteo.
La estudiante Kortney Moore reveló al diario local «The News-Review» que se hallaba en una de las clases donde se produjo el tiroteo y que vio cómo el tirador exigía a los alumnos que se pusieran de pie e indicaran qué religión profesaban antes de abrir fuego.
Umpqua Community College es un centro educativo en el que cursan estudios unos 3.330 alumnos a tiempo completo y 16.000 a tiempo parcial, y se ubica en lo alto de una colina, a las afueras del centro de Roseburg.
Roseburg, una localidad rural de 22.000 habitantes, se encuentra a unos 290 kilómetros al sur de Portland, la ciudad más grande de Oregón.
Horas después de que se produjese en tiroteo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, denunció que EE.UU. ha convertido «en una rutina» las masacres por violencia armada, e insistió en que «ningún país avanzado» asiste regularmente a episodios como el ocurrido en Oregón.
«De alguna manera, esto se ha convertido en una rutina, las informaciones son rutinas, mis reacciones aquí en este podio son una rutina, y lo es la conversación posterior», afirmó en una dura e irónica declaración ante la prensa desde la Casa Blanca.
Obama subrayó que las oraciones por las víctimas «no son suficientes» y es necesario abordar el problema lo antes posible desde un punto de vista político para atajar la violencia armada en el país.
Por su parte, el director ejecutivo del centro de estudios Violence Policy Center (VPC), Josh Sugarmann, señaló en un comunicado que se trata de «otro acto horroroso de violencia por armas de fuego en América».
«Se pierden vidas, quedan familias destrozadas y comunidades llenas de cicatrices, pero para la industria armamentística de América y para el lobby de las armas es un día más en la oficina», aseveró Sugarmann, cuyo centro se opone al uso de armas.