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Sa Graduada se colma de pequeños arqueólogos

Imagen del taller de arqueología realizado por alumnos del CEIP Sa Graduada.

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A Sa Graduada som arqueòlegs!! es uno de los talleres promovidos por el CEIP Sa Graduada a lo largo del segundo y tercer trimestre de este curso con el fin de combinar el aprendizaje de diversos conocimientos utilizando como hilo conductor la ciencia de la arqueología. Mediante dos sesiones, de dos horas cada una aproximadamente y con una metodología basada en pequeños grupos, los alumnos se han adentrado en una aventura donde alcanza un gran abanico de conceptos de una manera divertida y amena, huyendo de cualquier lección tediosa.

La primera sesión se basa en explicar, con una presentación en PowerPoint, la importante y emocionante tarea que ejercen los arqueólogos y las arqueólogas. Los alumnos entienden como el paso del tiempo provoca la ruina de las estructuras hechas por el ser humano, visualizando ejemplos locales de Ibiza en cuanto a lugares de vivienda, como el asentamiento púnico-romano de ses Païsses de Cala d'Hort, así como los espacios donde se enterraban los ibicencos de Vila hace dos milenios, como la necrópolis de Puig des Molins. Estos restos quedaron escondidos de la vista de las personas en el subsuelo debido al abandono y la erosión. Luego, al cabo de varios siglos o milenios, unos especialistas, los arqueólogos, descubren e investigan las mismas con el fin de obtener información crucial sobre los tiempos antiguos: cómo vivían, que comían y bebían, qué cacharros empleaban para la vida diaria, que pensaban, qué dioses o diosas existían antes, entre otras más.

Tras la breve explicación para contextualizar el oficio de arqueólogo y su importancia para conocer el pasado, el siguiente paso de la primera jornada se completa con la realización de una excavación arqueológica ficticia. Es decir, previamente se ha preparado un espacio donde se coloca un esqueleto de plástico el cual va acompañado con el ajuar funerario que un ibicenco llevaba hace unos 2500 años, cuando la ciudad se llamaba Iboshim. Se han reproducido las piezas más significativas e interesantes de cara a su reproducción por parte de los alumnos en la segunda jornada de trabajo, como son pebeteros, figuritas de diosas de la fertilidad, el símbolo de la diosa Tanit, candiles para iluminar , platos y vasos, huevos de avestruz, entre otros más.

Entonces, y por pequeños grupos y de manera global también, los alumnos comienzan a excavar quitando la tierra que cubre el esqueleto. Poco a poco, descubren que hay una persona enterrada, con el aprendizaje y visualización de las diversas partes anatómicas y óseas, y que además iba acompañada de una serie de elementos funerarios que sirvieron para guiarla hacia el más allá. Al finalizar la tarea, los alumnos reciben de nuevo una explicación o feedback sobre la explicación de aquel entierro, del porqué de la existencia de aquellas piezas cerámicas que la acompañaban, así como de la importancia de la tarea arqueológica para conocer y entender cómo vivían los ibicencos e ibicencas hace tres milenios.

La segunda y última jornada, también en pequeños grupos, los alumnos reproducen con barro las diversas piezas que han sido exhumados mediante la metodología arqueológica. Ahora, además, aprenden la existencia de los colores primarios y los secundarios, estos últimos formados mediante la mezcla de los primeros. Con la excusa de la arqueología y el taller de reproducción cerámica los niños trabajan inconscientemente la motricidad fina de una manera divertida y significativa. Como colofón final, se provee a los participantes con un carné de arqueólogo como reconocimiento a su trabajo de valorización de la ciencia arqueológica.

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