Michael Lohan, padre de Lindsay Lohan, acudió ayer a casa de la popular actriz junto a oficiales de la Policía de Los Angeles para comprobar el bienestar de Ali, su hija menor, según la edición digital de la revista People.
La publicación informó que las autoridades abandonaron la residencia después de inspeccionar la casa y comprobar el estado de Ali. «Fui al departamento de policía preocupado por el bienestar de Ali», dijo el padre de la artista al portal Hollyscoop.com.
«Quería comprobar cómo estaba. Quiero asegurarme de que está bien. Tiene 16 años y no es el mejor sitio donde puede estar. Es una menor», añadió.
Sobre el incidente, la portavoz de la Policía local, Nicole Nishida, dijo: «Michael Lohan llamó a la Policía de West Hollywood y estaba preocupado por el bienestar de su hija adolescente, que estaba en el apartamento de Lindsay Lohan. Ella les dejó pasar y se dictaminó que no había peligro alguno para ella ni para Lindsay».
La visita no sentó nada bien a Lindsay Lohan, que a través de Twitter dejó claro su disgusto: «No tengo otra opción que hacer esto público, por la seguridad de mi hermana y la mía propia. Mi ex padre acaba de entrar en mi apartamento como el abogado del diablo junto a oficiales de Policía».
«Nunca ha pagado la manutención, se va a casar con una escritora de tabloides y apenas sabe deletrear su nombre ya que ha echado a perder su cerebro debido al abuso de las drogas», acotó la artista.
«(Lindsay) necesita ayuda», dijo Michael, cuya preocupación es que Ali esté saliendo por las noches junto a su hermana, «y no pararé hasta que la reciba», concluyó. Por su parte, la actriz escribió en Twitter: «Gracias a Dios por mi madre. Sin ella no sabría ni quién soy».