La última entrega de En el nombre de Rocío, la serie documental protagonizada por Rocío Carrasco, ha sacado a la luz un documento previo al testamento de Rocío Jurado que Rocío Carrasco encontró entre los enseres de su madre al poco de fallecer y que era distinto al que finalmente dejó la cantante. El documento previo ha sido sorprendente para la propia Rocío que descubría que su madre le habría dejado un legado importante a sus dos hijos con Antonio David Flores, sus nietos, decisión de la que se retractó en el testamento oficial. Finalmente, como muestra el programa, a José Ortega Cano le transfiere su parte de Yerbabuena, a Rocío y David Flores les cede la casa de la Moraleja, así como otro chalet en la urbanización Cotos de Monterrey.
«En el remanente de su derecho y así como sus cargas y obligaciones, instituye heredera universal a su hija Rocío Carrasco Mohedano, incluye la mitad del precio de la venta de la vivienda de la testadora sita en Alcobendas, La Moraleja», leía Carrasco frente a la cámara. Sin embargo, en el documento encontrado, legaba sus propiedades a varios miembros de la familia. A esto la hija añade: «Todo lo de mis hijos lo administra Gloria y puede hacer con ello lo que quiera sin necesidad de autorización judicial. Eso quiere decir que yo para pagar el colegio de mis hijos le hubiera tenido que pedir dinero a Gloria», explica durante el mismo documental Rocío Carrasco.
A pesar de que la dejaba de heredera universal, no quedaba ningún bien por repartir. «Era una forma de desheredarme», señala Rocío Carrasco sobre la manera en la que su madre trató de que no adquiriera ninguna propiedad cuando estaba con Antonio David Flores. «Mi madre no le deja nada a mis hijos porque no quiere que el padre lo toque. Mi madre me levanta el castigo el 17 de septiembre de 2004», concluye con el motivo por el que Rocío Jurado alteró el documento.