El fútbol español ha sido testigo de la irrupción de figuras que, más allá de su habilidad en el terreno de juego, encarnan historias de superación y arraigo. La trayectoria de uno de sus más brillantes exponentes, Marco Asensio, cuya destreza, visión de juego y capacidad para decidir encuentros han dejado una huella imborrable, no puede entenderse sin profundizar en los pilares que lo sostienen. Detrás de cada gol y cada victoria del futbolista mallorquín, se esconde una narrativa familiar tan cautivadora como inspiradora, que ha moldeado no solo al deportista, sino también al individuo.
Esta fascinante historia familiar ha desempeñado un papel absolutamente fundamental en su desarrollo personal y profesional. Los padres del jugador, con un respaldo incondicional, han sido la brújula que ha guiado su camino, tanto en su ascenso en el deporte rey como en la construcción de su identidad. Su legado se manifiesta en cada paso, en cada decisión, y en la resiliencia que ha demostrado frente a los desafíos.
Nacido en Palma, el 21 de enero de 1996, Marco Asensio es el resultado de una rica amalgama cultural. Su padre, Gilberto Asensio, y su madre, María Willemsen, originaria de los Países Bajos, crearon un crisol de tradiciones que ha enriquecido profundamente su personalidad y carrera. Esta fusión de culturas, lejos de ser una mera anécdota, se ha convertido en un distintivo que lo diferencia, otorgándole una visión global y una adaptabilidad excepcional.
El pilar paterno
Gilberto Asensio, el progenitor del futbolista, ha sido una figura central y constante en su vida. Dedicó gran parte de su vida profesional a la dirección de una importante cadena de supermercados en Mallorca, una labor que le proporcionó una sólida base de disciplina y gestión. Desde muy temprana edad, el joven Marco exhibió una habilidad innata para el fútbol, y fue su padre quien, con una visión perspicaz, le ofreció el apoyo y la orientación iniciales en sus primeros contactos con el balón. Gilberto no solo respaldó el sueño de su hijo de convertirse en futbolista profesional, sino que también se aseguró de inculcarle principios inquebrantables de humildad, esfuerzo y perseverancia, valores que han sido cruciales en su ascenso y mantenimiento en la élite.
El rol de Gilberto se volvió aún más trascendental tras el doloroso fallecimiento de su esposa, María, quien también había sido una fuente inagotable de inspiración para su hijo. Desde ese momento, Gilberto asumió la responsabilidad de ser el principal motor emocional y guía para Marco. Ha sido un estímulo constante y un compañero incondicional en las etapas más significativas de su carrera, incluyendo su llegada al Real Madrid en 2016 y sus posteriores éxitos con la selección española. A pesar de la fama y el reconocimiento que ha alcanzado su hijo, Gilberto ha mantenido siempre una actitud discreta y un perfil bajo, prefiriendo permanecer en un segundo plano, aunque su presencia y apoyo han sido una constante inquebrantable en la vida de Marco, demostrando una fortaleza y dedicación ejemplares.
La huella indeleble de su madre
María Willemsen, la madre del futbolista, de origen holandés, dejó una marca profunda e imborrable en su vida y en su trayectoria. María era una mujer de gran calidez humana y profundamente dedicada a su familia, quien desde la infancia motivó a Marco a perseguir sus aspiraciones con pasión. A pesar de su procedencia de los Países Bajos, María se adaptó con admirable facilidad a la vida en Mallorca, integrándose plenamente en la comunidad y siendo un apoyo fundamental para su hijo durante los años formativos de su carrera deportiva. Su presencia era un faro de estabilidad y amor, un refugio seguro en los momentos de incertidumbre y un motor para sus ambiciones.
Lamentablemente, María falleció en 2011, cuando Marco contaba con apenas 15 años de edad, tras una larga enfermedad. Esta pérdida representó un impacto devastador para el joven futbolista, un golpe que lo marcó de por vida. Sin embargo, este trágico suceso también se convirtió en un punto de inflexión que redefinió su propósito. Desde aquel momento, Marco ha compartido en numerosas entrevistas que su madre sigue siendo su principal fuente de inspiración, y que cada partido que disputa lo hace en su memoria, buscando honrar su legado. La memoria de María perdura de manera indeleble en la vida de Asensio, quien ha expresado en múltiples ocasiones su profundo anhelo de hacerla sentir orgullosa con cada uno de sus logros.
Su hermano Igor, su mayor apoyo
Además del inquebrantable apoyo de sus padres, el futbolista ha contado con la presencia y el respaldo de su hermano mayor, Igor Asensio. Al igual que su padre, ha desempeñado un papel crucial de soporte y orientación para Marco, especialmente después del fallecimiento de su madre. Aunque Igor no optó por una carrera profesional en el fútbol, su compromiso con su hermano menor ha sido absoluto. Siempre ha estado a su lado, brindándole la ayuda necesaria para superar los retos y ofreciéndole un hombro en las situaciones más complejas y exigentes que la vida y el deporte de élite presentan.
La conexión entre Marco e Igor es extraordinariamente estrecha, una hermandad que va más allá de los lazos de sangre. Igor ha sido fundamental para mantener a Marco enfocado en sus objetivos y motivado a pesar de las adversidades. Su presencia ha sido un ancla, un recordatorio constante de los valores familiares y de la importancia de la perseverancia. Esta relación fraternal ha sido un baluarte, proporcionando estabilidad emocional y un sentido de pertenencia que ha permitido al futbolista concentrarse en su desarrollo deportivo, sabiendo que cuenta con un apoyo incondicional en cada paso de su camino.
Los principios familiares de unión, solidaridad y apoyo mutuo han sido la piedra angular en la vida de Marco. A pesar de la fama y el reconocimiento internacional que ha alcanzado, el futbolista ha logrado mantener una profunda conexión con sus raíces y con su círculo más íntimo. Su gratitud por el respaldo obtenido de su familia es palpable en cada una de sus declaraciones y en su comportamiento. Esta base sólida le ha permitido navegar por las presiones del fútbol de élite sin perder su esencia, manteniendo la humildad y el respeto por sus orígenes.
Pocos jugadores más sobrevalorados que este. Le dio renombre que el Madrid, por quitárselo al Barca, lo contrató y, cuando se dieron cuenta del paquete que tenían se lo sacaron de encima. Jugador del montón triunfador en ninguna parte. Eso sí, bien vendido.