David y Victoria Beckham han llegado a Mallorca para disfrutar de unos días tranquilos en familia, tras su paso por París. En esta escapada, acompañados por sus hijos Cruz y Harper, decidieron hacer uso de su lujoso yate, Seven, que trasladaron a aguas de Port de Sóller. La tripulación del yate se encargó de poner todo en perfecto estado, con especial atención a la limpieza y la seguridad. Según Última Hora, los Beckham insistieron en que no hubiera paparazzis en la zona, aunque, como muestran las fotos, no se pudo evitar la atención mediática.
La familia aterrizó en Palma en un vuelo privado antes de dirigirse a Sóller, donde se quedaron en su yate. Brooklyn y Romeo no acompañaron a la familia en este viaje. La escapada coincide con el regreso de David Beckham al mundo de la moda, gracias a su reciente campaña para Hugo Boss, mientras que Victoria presentó su nueva colección en la Semana de la Moda en París.
En cuanto a sus actividades en Mallorca, los Beckham han disfrutado de la tranquilidad del mar. Uno de los momentos más destacados fue su fondeo cerca de Sa Foradada, donde se les vio relajados después de un almuerzo. Victoria y Cruz tomaron el sol, mientras que Cruz se ejercitaba en una tumbona. Además, Victoria y su hija Harper pasearon por el Port d’Andratx, donde visitaron tiendas de ropa y bisutería. A pesar de su presencia, su paseo pasó desapercibido entre los turistas, gracias a su discreto atuendo y la cobertura de seguridad.
La única vez que la pareja dejó el yate fue para cenar en el restaurante Suculenta en Port de Sóller, donde disfrutaron de una cena privada. Victoria degustó lubina al josper y David optó por un carpaccio de atún.
El yate Seven, que tiene un valor estimado de unos 20 millones de dólares, es un modelo de la casa Riva, el Riva 130 Bellissima, con 40 metros de eslora. Este yate es un símbolo de lujo y exclusividad para la familia Beckham, tanto por su diseño como por su relación con el famoso dorsal 7 de David y el nombre de su hija Harper.