La segunda visita como invitada de Cristina Gutiérrez a La Resistencia fue, esta vez, para conmemorar que había sido 3ª en la categoría de prototipos ligeros T3.
La burgalesa y David Broncano lo celebraron (esta vez con motivo, que la anterior la dieron como ganadora) con susto al inicio, cuando venido arriba el presentador le dio una patada a una caja y casi descalabra a un espectador: en la caja había una taza. Fue el inicio de una charla con mucho humor y también reivindicaciones.
Tras este inicio y después de que Gutiérrez le regalase una de las camisetas interiores y una balaclava que usó durante el raid, comenzó la entrevista. En ella, la piloto y odontóloga le contó algunas claves de este tipo de pruebas, como la manera de orientarse o el tipo de peligros a los que se enfrentan. Uno de ellos, una duna cortada, le provocó la rotura de una vértebra que le obligó a quedarse en Kazajistán atrapada. De allí le sacó, precisamente, otro de los protagonistas que salieron en la charla: Jesús Calleja.
El leonés fue noticia durante el Dakar por la forma en la que lo abandonó. Sus quejas hacia el equipo Astara que le dio la oportunidad de correr, sus críticas públicas y privadas hacia el coche (y los mecánicos) y su actitud en general durante este raid generaron un enorme malestar en el campamento. Gutiérrez, aunque afirma que no llegó a coincidir con él, sí se enteró de lo ocurrido.
«Tres días o cuatro» estuvo Calleja, comienza la piloto, que deja ya entrever lo que opina realmente de su participación. «Realmente no sé lo que le ha pasado, pero creo que huyó un poco. Igual se ha enfadado de verdad. Yo creo que no está muy contento, pero no he hablado con él. No le vi. Abandonó antes de poderle ver. Tuvo problemas», dejó caer entre silencios, sin hacer mucha sangre.
Ser mujer y pilotar en Arabia
En un tono relativamente más serio, Broncano le preguntó sobre la situación de la mujer en Arabia. «Esa gente que dice que las mujeres no pueden conducir, ¿cómo han recibido que les has meado a todos?», reivindicó el jienense.
Pese a las risas por el comentario, Gutiérrez relató una escena un tanto surrealista a ojos de los occidentales civilizados. «A veces te bajas a echar gasolina en un coche normal, y te miran como 'una mujer'. Pero bueno, van mejorando poco a poco. Este tipo de cosas ayudan y lo del fútbol también», opinó.