Willy Bárcenas y Antón Carreño, integrantes del dúo Taburete, acuden la noche de este martes 21 de octubre al conocido programa televisivo El Hormiguero. Su visita al plató de Antena 3 tiene como objetivo principal la presentación de su sexto trabajo discográfico, titulado «El perro que fuma», cuyo lanzamiento oficial está programado para el próximo 28 de noviembre. Además de desgranar los detalles de este nuevo álbum, los artistas compartirán con Pablo Motos los pormenores de la inminente gira de conciertos que los llevará a recorrer diversas ciudades por todo el territorio nacional.
La banda Taburete, originaria de Madrid y fundada en 2014 por Guillermo «Willy» Bárcenas y Antón Carreño, se ha consolidado como una de las formaciones más destacadas del panorama musical español. Su estilo, una peculiar fusión de pop rock con influencias de ranchera, boleros, ska y rocksteady, les ha permitido conectar con una amplia audiencia. Con una trayectoria discográfica que incluye éxitos como «Tres tequilas» y «Dr. Charas», que les permitieron llenar numerosas salas en España durante su gira de 2017, el grupo ha mantenido una constante actividad.
Posteriormente, en septiembre de 2018, lanzaron su tercer álbum, «Madame Ayahuasca», seguido por «La broma infinita» en 2021 y «Matadero 5» a finales de octubre de 2022, consolidando así una prolífica carrera musical. Precisamente durante una de las entrevistas de promoción, más en concreto en El País, Willy Bárcenas dedicó unas palabras a Valtònyc. El vocalista de Taburete abordó un tema de gran calado social y jurídico: la libertad de expresión y el derecho inherente de los artistas a manifestar sus opiniones a través de sus composiciones musicales.
Al ser preguntado sobre la libertad de expresión, manifestó una postura clara y matizada. «Meter en la cárcel a alguien por lo que diga en una canción no lo vamos a ver bien nunca», afirmó categóricamente, subrayando su desacuerdo con la privación de libertad por el contenido lírico de una obra musical. Sin embargo, inmediatamente después, añadió una importante salvedad: «Pero eso no puede dar vía libre para decir en un concierto ‘vamos a matar guardias civiles'». Fue precisamente en este punto donde el cantante de Taburete hizo una referencia directa al caso de José Miguel Arenas Beltrán, más conocido como Valtònyc. El rapero mallorquín había sido condenado por delitos de enaltecimiento del terrorismo, injurias a la Corona y amenazas en las letras de sus canciones.
Además de estas condenas, Valtònyc gritó durante un concierto: «Iros a otro pueblo donde haya guardias civiles y matad a uno». Unas palabras criticadas por Willy Bárcenas, que además aprovechó para asegurar que el mallorquín es «más pijo que nosotros», refiriéndose a los miembros de su propio grupo musical. José Miguel Arenas Beltrán, artísticamente conocido como Valtònyc, es un rapero originario de Mallorca cuya trayectoria se vio marcada por una condena judicial que generó un amplio debate internacional sobre la libertad de expresión.
Desde las declaraciones de Willy Bárcenas en 2018, el caso de Valtònyc ha seguido un complejo recorrido judicial y mediático. Nacido en sa Pobla (Mallorca) en 1993, Josep Miquel Arenas adoptó el nombre artístico de Valtònyc para desarrollar su carrera como rapero. Sus letras, caracterizadas por un contenido político radical y explícito, le llevaron a enfrentarse a problemas legales con el actual diputado nacional de Vox, Jorge Campos, que culminaron en una condena de tres años y medio de prisión en 2018 por delitos de injurias a la Corona, enaltecimiento del terrorismo y amenazas.
Antes de que la sentencia se hiciera efectiva, Arenas decidió abandonar España y refugiarse en Bélgica, donde la justicia de aquel país rechazó su extradición. Durante su exilio, el rapero se convirtió en un símbolo para quienes defienden la libertad de expresión, mientras que para otros representaba los excesos verbales que traspasan los límites legales. A lo largo de su carrera musical, Valtònyc publicó trabajos como «Residus d'un poeta» (2010), «Mallorca és ca nostra» (2012) o «Artesà» (2016), donde combinaba crítica social, reivindicaciones nacionalistas y ataques a diversas instituciones del Estado, incluyendo la monarquía.
El caso de Josep Miquel Arenas generó un intenso debate en España sobre los límites de la libertad de expresión en el ámbito artístico. Numerosos colectivos, artistas y organizaciones como Amnistía Internacional consideraron que su condena representaba una restricción desproporcionada de este derecho fundamental, mientras que otros sectores defendían que determinadas expresiones, aunque se produzcan en un contexto artístico, no pueden quedar impunes si constituyen delitos tipificados.
Habla un pijo hijo de un delincuente extrema derecha que robó a los españoles, menudo ejemplo.